Mucho se ha hablado de cómo debe ser una alimentación adecuada para mantenerse en la mejor forma posible tanto para hombres como para mujeres.

Uno de los mitos más sonados entre la voz de la sociedad es que el truco está en consumir carbohidratos hasta antes de cierta hora por la noche y no podrían estar más equivocados.

Este consejo que te podría dar tu tía la de zumba o tus primos con sobrepeso nada tienen que ver con la opinión de los profesionales en materia de nutrición y de la disciplina física.

La ciencia desmiente ese mito con el funcionamiento del cuerpo en su expresión más básica, se tiene esa errónea creencia basada en que dormidos no se hace actividad física y por ende los carbohidratos que cenemos se almacenarán como grasa.

Pero no podría ser menos ciertos, esto debido a que el cuerpo necesita quemar calorías para seguir vivo con los funcionamientos propios del cerebro, la respiración y los demás movimientos que el cuerpo hace para funcionar.

A esto se le llama metabolismo basal y quiere decir que con el simple hecho de estar acostado en la cama tu cuerpo necesita una ingesta calórica de algún número determinado por su peso, su edad, género y su altura.

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Al final de cuentas la energía que todo cuerpo necesita se almacena en el glucógeno y la grasa, una vez que los depósitos de glucógeno se llenan y no los utilizas es cuando se guardan como grasa corporal.

La diferencia es muy sencilla, no importa la hora en que se consuman los carbohidratos o la comida en general sino en los niveles de glucógenos y la ingesta calórica que la persona consuma de acuerdo a sus características físicas y biológicas.