Si manejas y eres al menos un poco despistado seguramente te ha pasado en más de una ocasión que estacionas el carro, te bajas de él y cuando intentas regresar, no te acuerdas en dónde lo dejaste. No lo puedes negar y tampoco debes avergonzarte, es más común de lo que piensas.

De hecho hay gente a la que les ocurre de manera preocupante y de plano llaman angustiados a la policía pensando que les robaron el vehículo cuando en realidad siempre estuvo estacionado en un nivel distinto o en otro estacionamiento. Sin embargo, probablemente el caso más extremo es el de Connor Spear.

Hace dos fines de semana, el joven de 19 años y dos de sus amigos viajaron en el auto desde Plymouth hasta Bristol, Inglaterra, para acudir a un festival de música llamado Tokyo World. Al llegar al lugar se encontraron con la noticia de que, debido a la cantidad de asistentes, no había espacio para estacionarse.

Entonces, los tres comenzaron a manejar sin rumbo hasta que hallaron un lugar para dejar el coche, como se habían alejado a más de 10 minutos de la ubicación del evento, tuvieron que tomar un taxi que los llevara de regreso. Cumplieron el objetivo y disfrutaron de la noche.

Al la noche siguiente, Spear decidió que era momento de volver por su Vauxhall Corsa y comenzó a buscarlo por donde creía haberlo dejado, pero realmente no tenía idea de en dónde estaba y el pasado 22 de septiembre tuvo que volver a casa sin el auto.

Su madre, Sally Jeffery, dijo que llegó a casa el lunes, pero cuando pudo localizarlo me dijo: «Mamá, literalmente perdí mi auto».

«Le encanta la fiesta y los festivales; acaba de regresar de Ibiza», agregó.

El adolescente y sus amigos lograron llegar a casa, y Spear regresó a Bristol con su madre el siguiente fin de semana, pero su búsqueda resultó inútil.

«Unos 10 minutos después de que publiqué en Facebook, un hombre me llamó para decir que pasaba el auto todos los días camino al trabajo», dijo Jeffery.

El hombre que los llamó se había encontrado con el señor Spear después del festival y lo ayudó a encontrar un taxi.

El automóvil que el adolescente compró después de pasar su prueba hace dos años aparentemente estaba «tal como lo dejó», pero no pudo recogerlo hasta el siguiente fin de semana.