La clásica y eterna discusión entre los amantes de la cerveza es el cómo sabe mejor, debate que no tiene manera de cerrarse por quienes defienden a capa y espada la clara y a los que no les puedes ofrecer esta bebida si no es oscura.

Pero si eres uno de los que no distinguen el por qué de la discusión y solo la consumes sin preocuparte de cuál es, esta es la diferencia entre la cerveza oscura y la clara.

En el proceso de preparación está el secreto que es muy sencillo y poco conocido, se trata de la malta que al no dejarla tostar demasiado mantiene sus propiedades y le da a la cerveza el color claro.

Por otro lado si la malta se deja tostar con su debido procedimiento se conseguirá un resultado muy diferente y de ahí viene el color de la cerveza oscura.

También es digno de considerarse el cómo afecta su sabor y es ahí donde los consumidores pelean por ella, ya que las cervezas claras acostumbran a tener un sabor ligero y refrescante con una amargura en un nivel casi imperceptible.

Mientras que las oscuras son amargas por naturaleza y pueden tener notas de pan tostado o caramelo, complemento perfecto para el misticismo del sabor fuerte y concentrado de una de estas.

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Entre las cervezas que puedes encontrar en claras está la Lager, Munich o Pilsner por mencionar las más conocidas mientras que en oscura puedes encontrar la tipo Vienna, Bock o Schwarze.

Como el consumo de cualquier alimento o bebida el exceso es negativo pero eso no significa que el producto sea dañino como tal, incluso la cerveza en cantidades prudentes tiene beneficios para la salud.

Se puede considerar nutritiva por sus propiedades en vitamina B y muy en especial el contenido de ácido fólico así como el calcio, fibra y magnesio.

El silicio que contiene está asociado con la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el tan temido y trágico Alzheimer.

Además de prevenir infartos porque puede evitar la oxidación de las células y las lesiones miocárdicas agudas que se asocian a un infarto al corazón.