El país de Turkmenistán, ubicado en Asia Central, ha tomado medidas excesivas para prohibir el uso de la palabra Coronavirus o COVID-19.

Aunque las notas alrededor del Coronavirus es el único tema del que hablar desde hace meses, en dicho lugar se tiene penado hablar de ello.

La dictadura centroasiática se ha esforzado por censurar cifras, modificar noticias y hasta arrestar a quienes digan el nombre o hable de la enfermedad

¿Por qué?

Su gobernante, Gurbanguly Berdimuhamedow, reitera que «está viviendo el momento más feliz de su historia» por lo cual el virus “no existe” y oficialmente no hay ningún caso registrado.

Sin embargo, sus habitantes y prensa extranjera aseguran que hay miles de personas infectadas en los hospitales.

Los medios de comunicación locales se limitan a informar de casos de «problemas respiratorios comunes» y se ha eliminado el Coronavirus de los folletos esparcidos por el Ministerio de Sanidad.

A pesar de la negación de la realidad el gobierno ha cerrado fronteras, cancelo vuelos y suspendió la asistencia a las escuelas publicas y privadas, pero se dice no es por el COVOD-19.

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