Si te pregunto de que quieres más, seguro me dirás que felicidad, bienestar, oportunidades, tranquilidad, amigos, pasión, emoción, dinero – más de todo. A nadie le gustan las carencias. Puedes quererlo y pedirlo con ganas, pero si no sabes recibir y atraer la abundancia, nunca lo vas a conseguir.

Los mendigos siempre andan viendo que pueden sacar de los demás. Se preocupan por su propio bienestar. Su visión es limitada y no comprenden que hay un mundo más allá de sí mismos. Un mendigo, no necesariamente es una persona que vive en las calles y pide dinero en las esquinas. Los hay disfrazados en lujosos trajes o montados en yates y aviones. También hay más sencillos, que se hacen pasar por vagabundos en las esquinas. Tu vecino puede ser uno de ellos, también tu mejor amigo. Y es que se disfrazan tan bien, que nadie percibe su presencia.

Incluso, puede haber uno viviendo dentro de ti.

Lo que un mendigo no entiende, es que cuando se preocupa solo por recibir, también se olvida de dar. La lógica dice cuando das, te quedas sin nada, y entonces llegan las penurias. Es mejor acaparar, guardar y protegerte contra el mundo. No vaya a ser que a los demás se les ocurra ser igual que tú.

Pero las cosas funcionan al revés. Cuando tienes escasez, no puedes dar entonces tampoco puedes recibir y tus carencias crecen.

El vagabundo que pide dinero en las esquinas es incómodo. Te trae recuerdos de miseria que prefieres evitar. Su necesidad te despierta sentimientos de pobreza. Cuando lo ves, solo puedes reaccionar con lástima. Le das las monedas que te sobran y huyes rápidamente de su lado. No se te vayan a pegar sus penurias.

No le eches la culpa a los demás cuando experimentes faltas. Ni el gobierno ni tu pareja ni las pocas oportunidades que percibes son los causantes. Tú llamaste a los mendigos. La escasez es señal de que no estás compartiendo lo suficiente y una invitación para que practiques la abundancia.

Da amor y dejarás de sentirte solo.

Invierte tiempo y dedicación a un proyecto en el que creas y el dinero llegará.

Comparte más y recibirás oportunidades.

Regala sonrisas y la tristeza va a desaparecer.

Sé tolerante y tendrás comprensión.

Practica la humildad y la gente será amable contigo.

Haz tiempo para ti y encontrarás tranquilidad.