Reflexiones

Defiende tus decisiones cuando todos están en contra

23/09/2019 - Hace 5 años en Internacional

Defiende tus decisiones cuando todos están en contra

Reflexiones | 23/09/2019 - Hace 5 años
Defiende tus decisiones cuando todos están en contra

Defender tus decisiones cuando gran parte de tu entorno está en contra no es tarea sencilla. Es más, podríamos decir aquello de que cuando uno está seguro de sí mismo, no importa lo que piensen otros. Ahora bien, hay veces en que es necesario llegar a un acuerdo o simplemente mostrar con paciencia y precisión cuáles son las razones de nuestras elecciones o incluso la meta que tenemos en mente.

En donde no hay decisiones, sencillamente, no hay vida. Es una gran verdad; las personas estamos obligadas a tomar decisiones casi a cada instante, y en cada uno de esos pasos, vamos trazando nuestro camino. Por contra, la indecisión, el miedo y la falta de determinación nos arrinconan en esos lugares donde nunca pasa nada.

Por otro lado, hay algo evidente. Si ya es difícil tomar una decisión determinada, en ocasiones también resulta complicado hacer ver a otros las razones que respaldan nuestras decisiones. Esto se da en casi cualquier escenario: a nivel personal, afectivo y profesional. Es fácil, por ejemplo, hallarse en esa encrucijada cuando en nuestro trabajo tenemos una visión distinta de la que tienen los demás.

Cuestiones como, cambiar de residencia, de país, de trabajo, dejar a la pareja o dar un giro de 180º a nuestra vida, son esas realidades que a menudo nuestro entorno no puede entender. Queda claro que no necesitamos permiso para actuar como nos dicta el corazón, pero en muchos de esos pasos, hay que informar a los que nos rodean

Claves para defender tus decisiones

Una de las competencias personales que más pueden ayudarte en el día a día es aprender a defender tus decisiones -desarrollar la asertividad en esta orientación-. Nuestro mundo y gran parte de esos escenarios en los que nos movemos a diario están muy acostumbrados a lo previsible, a esa rutina donde cualquier alteración se percibe como una amenaza.

Tomar una decisión innovadora o inesperada para los demás suscita al principio cierta resistencia. Es por ello que debemos estar preparados y ser hábiles a la hora de exponer, defender e incluso, por qué no, saber inspirar a otros. No siempre buscamos «convencer», pero sí al menos que los demás respeten nuestra postura.

Hay veces en que damos pasos y tomamos decisiones con total naturalidad porque parten de nuestras convicciones. Porque tenemos la plena certeza de que estamos actuando de acuerdo a los propios valores, necesidades y esencias.

Las personas que tienen la certeza de que aquello que deciden está en sintonía con sus valores, corazón y necesidades, no temen defender su posición ante nadie. Cuando hay autoconfianza, no hay miedo a argumentar, defender o incluso llevar a cabo esa elección aunque todos se opongan.

A la hora de defender tus decisiones no te obsesiones por justificarte o por buscar la aceptación de los demás. Se trata en esencia, de informar, de explicar de manera tranquila y objetiva la decisión que has tomado.

Si la mente está clara y la actitud es fuerte, nuestras decisiones no encontrarán muros. Informaremos a quienes nos rodeen del camino que vamos a tomar, habrá quien lo entienda y habrá quien no. Lo importante en todos los casos es que nos respeten y entiendan que cada persona es libre de trazar su plan de viaje, porque vivir es decidir y eso es algo a lo que todos tenemos derecho. Tengámoslo en cuenta.

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