Reflexiones

El amor verdadero no nace o aparece, se construye

16/07/2019 - Hace 5 años en Internacional

El amor verdadero no nace o aparece, se construye

Reflexiones | 16/07/2019 - Hace 5 años
El amor verdadero no nace o aparece, se construye

Hablemos de amor verdadero, pero de ese amor sin envoltorio, sin artificios ni romanticismos. El auténtico y el que es capaz de perdurar en el tiempo aportando una felicidad sincera, una cotidianidad enriquecedora donde la pareja puede crecer personalmente y en conjunto.

¿Existe el amor verdadero? Desde luego que sí, pero no debemos tener como referencia el mundo del cine o de la literatura, estamos seguros de que a tu alrededor, o puede que incluso tú mismo, lo estés viviendo. Si es así, estamos seguros de que ya conoces el secreto: el esfuerzo, la dedicación por construir día a día esa relación, ahí donde ambos miembros son capaces de hacer equipo y aportar sus energías por igual.

Porque en ocasiones, el amor por sí solo no basta. No importa la pasión, la atracción o ese sentimiento que nos ciega y nos desborda. Una relación saludable necesita algo más que todo esto para ser auténtica y perdurable. El amor verdadero es el que no duele y que nos enriquece.

Puede que el mundo del cine y la literatura sean los grandes culpables de que muchos hayamos crecido teniendo como referencia ese tipo de amor «romántico» visto en la gran pantalla y leído en las páginas de los libros. Nos han mostrado grandes historias capaces de encandilarnos para hacernos soñar, falacias insostenibles que raras veces podemos encontrar en el mundo real.

Esta idea no es del todo falsa, no podemos negar que son muchas las parejas que capaces de mantener vivo su amor hasta el día de su muerte. Ahora bien, lejos de pensar que «el amor debe ser para siempre», pregúntate primero si eres feliz hoy. Y más aún, en ocasiones hay amores fugaces pero tan intensos que merecen la pena vivirse.

Otra idea errónea del amor romántico, pensar que una relación sin pasión no es una auténtica pareja. Los sentimientos deben llevarse al extremo, donde la sexualidad encuentra su máxima expresión y el afecto no tiene término medio.

Un mito falso. Una relación atraviesa etapas y, aunque con el tiempo se pierda la intensidad del inicio, sigue existiendo una intimidad y una complicidad que unen aún más a la pareja.

El amor verdadero no necesita artificios ni se sustenta en esa magia donde las cosas salen bien porque «estamos predestinados». Obviamente, ello no quita que exista esa chispa donde la casualidad, tuvo quizá gran parte de culpa de que dos personas se encontraran, pero dejando el «halo de magia» a un lado, lo que verdaderamente importa es el día a día, ahí donde las pequeñas cosas, edifican una auténtica relación.

Una pareja saludable, feliz y satisfecha sabe que el amor verdadero se nutre de esa complicidad cotidiana donde buscarse con las miradas, donde seguir sonriendo e ilusionándonos por un futuro en común.

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