El miedo del león
En una lejana sabana africana, un león se había perdido. Llevaba semanas alejado de su territorio y la sed y el hambre lo atormentaban. Por suerte, encontró un lago de aguas frescas y cristalinas. A toda prisa, corrió veloz a beber de ellas para así paliar su sed y salvar su vida.
Al acercarse, vio su rostro reflejado en esas aguas calmadas. «¡Vaya! El lago pertenece a otro león», pensó, y aterrorizado, huyó sin llegar a beber.
La sed cada vez era mayor y él sabía que de no beber, moriría. A la mañana siguiente, armado de valor, se acercó de nuevo a lago. Igual que el día anterior, volvió a ver su rostro reflejado y de nuevo, presa del pánico, retrocedió sin beber.
Y así pasaron los días con el mismo resultado. Por fin, en uno de esos días comprendió que sería el último si no se enfrentaba a su rival. Tomó finalmente la decisión de beber agua del lago pasara lo que pasara. Se acercó con decisión al lago, nada le importaba. Metió la cabeza para beber… y su rival, el temido león, ¡desapareció!
«La mayoría de nuestros miedos no son reales. Cuando nos atrevemos a enfrentarlos acaban desapareciendo. No dejes que tus pensamientos te dominen y te impidan avanzar con lo que realmente quieres»