El poder de los pequeños esfuerzos
Quisiera compartir contigo un principio que te ayudará a alcanzar un máximo nivel de calidad en todo lo que emprendas y de esta manera construirás para ti un futuro poderoso.
Las empresas japonesas utilizan desde hace tiempo esta técnica para alcanzar sus metas empresariales y seguir superándose. Si estas familiarizado con la supremacía empresarial japonesa, tal vez te sorprenda saber que antes de la segunda guerra mundial, muchas de sus empresas estaban mal dirigidas, poseían prácticas de gestión ineficaces y también había una baja moral entre los empleados, pero luego de la guerra, las empresas se encontraban sin recursos y con un país devastado. Para superar estas graves limitaciones, los empresarios, en vez de abogar por cambios radicales e innovadores para producir los resultados esperados, les instaban a los supervisores a buscar los centenares de «pequeñas cosas» que eran necesarias modificar, e ir corrigiéndolas de a poco, no intentaban planear una remodelación completa de la plantilla de trabajadores, ni una renovación total del equipamiento, no había tiempo ni recursos para tareas de tal envergadura, buscaban mejorar en los trabajos que ya existían y conservaban el equipamiento actual.
Como seguramente sabes, las compañías japonesas que se reconstruyeron bajo estos principios de mejoras pequeñas y constantes, pronto alcanzaron gran nivel de rendimiento, producción y calidad, transformándose así en un icono de excelencia.
La clave está en «El poder de los pequeños esfuerzos…» «Pequeños esfuerzos realizados en forma constante producen grandes resultados»
La clave del éxito en la vida es fijarse metas y luego luchar con todas nuestras fuerzas para poder alcanzarlas. Seguramente tienes metas que planeas alcanzar, a corto mediano y largo plazo, metas a nivel económico, familiar, espiritual, personal, etc.
Trazar metas es algo relativamente fácil, la parte más difícil se encuentra en la lucha diaria, cuando nos ponemos en acción y tratamos de concretarlas, es ahí donde muchos bajan sus brazos y se rinden sobrepasados ante los desafíos que tienen por delante. La idea de tener que hacer grandes cambios nos inmoviliza. Nos preguntamos: «… ¿cómo haré para alcanzar mis objetivos, son demasiado altos, necesitaré hacer un gran esfuerzo, de donde sacaré la energía necesaria para terminar y concretar mis sueños?», al no encontrar una respuesta favorable nos quedamos estancados, la mayor parte del tiempo, en la cómoda rutina.
La clave para lograr un gran cambio está en los pequeños detaññes, esto es algo que tiene que ver con la inercia (la tendencia de los cuerpos en reposo o en movimiento a mantener su estado).
Si caes en la inactividad y esperas que los cambios se produzcan por si solos, a menos que haya algún tipo de intervención divina, las cosas seguirán de la misma manera, ya que no es posible quebrar la ley de la inercia, pero si haces un pequeño movimiento hacia tu objetivo, el impulso de ese primer paso te activará y pronto estarás haciendo cambios significativos.
No subestimes el poder de las cosas pequeñas, tanto en lo negativo como en lo positivo….
Imagina que quieres ahorrar una cierta suma de dinero, o quieres escribir un libro, o tal vez, componer una canción, empezar una dieta, establecer una relación… este principio te puede ayudar.
Pequeñas acciones, realizadas en forma continua, te ayudaran a alcanzar tus sueños.
Alguien dijo que: …cinco minutos más, hacen la diferencia entre un aficionado y un profesional…
Cinco minutos más con tu conyugue…
Cinco minutos más con tus hijos…
Cinco minutos más con Dios…
Cinco minutos más en tu sueño… Ahorrar unos pesos por día, escribir solo algunas líneas de tu artículo, colocarle título a tu canción, ingerir algunas calorías menos, caminar unos pasos más, hacer esa simple llamada telefónica o escribir un mensaje preguntando «¿cómo estás?»…, una sonrisa, una pequeña oración, decir: gracias… te amo… te extraño… eres importante para mí… perdóname…
«Los grandes hombres de la historia, comenzaron con pequeños esfuerzos, pero por sobre todo con pequeños actos de amor, si te animas puedes hacer la gran diferencia»