De vez en cuando nos sentimos solos, a veces pasa muy a menudo, esto es porque debemos reflexionar en los errores que hemos cometido, ¿ustedes no se han dado cuenta? Cuando hacemos algo bien enseguida nos vemos rodeados por las personas que dicen ser nuestros amigos, basta que se cometa un error para ver como se alejan más rápido de lo que vinieron, yo creo que es ahí cuando más necesitamos de su apoyo y no contamos con él.

“Cierto día, me encontraba caminando por las orillas de una playa, ví a un pequeño y hermoso pez que estaba agonizando porque se quedó atascado en una parte pedregosa y no podía regresar al mar, fue tanta la pena y el dolor que lo devolví al agua, a su casa, éste me ve y se aleja nadando».

«Regresé a mi casa, todo iba normal hasta que me llamaron y me pidieron que llevara a unos turistas a los cayos de la isla, gustosamente acepté, en el viaje mi barco naufragó y todos los turistas murieron ahogados, fui el único sobreviviente, pero estaba perdido en altamar; de pronto siento como algo me toca el pie, sentí como un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, pensé que estaba a punto de ser devorado por alguna bestia marina, al dar la vuelta veo que es un majestuoso pez y de gran tamaño, no se que me quería decir, lo único que percibí fue que lo siguiera, fueron tantas las hora que pasé detrás de él, que sin darme cuenta pronto estábamos en la playa, al volverme para agradecerle que me salvará la vida, ya no se encontraba. En mi alegría salí corriendo del agua y le comenté la historia a un viejo marino y este lo único que me dijo fue: Hoy por mi, mañana por ti, ese es el curso de la vida”.

El verdadero amigo es aquel que siempre quiere y trata de que tus penas se conviertan en alegría.