La cuarentena y el auto encuentro
No tengo por qué hacer ningún tipo de introducción a lo que nos llevó a este punto, no estoy en posición de explicar sobre el coronavirus o COVID-19; pero si puedo comentar sobre el aislamiento social y lo que estamos viviendo estando tanto tiempo con nosotros mismos, independiente a que vivamos con una o más personas en nuestro hogar.
Siempre he sido partidaria del tiempo aparte y realmente darnos la oportunidad de conectar en la privacidad, tomar un momento aparte y recargarnos, pero somos humanos, qué pasa cuando nos dicen que no hay opción y “Tenemos que hacerlo”? Tenemos que quedarnos adentro, tenemos que dejar de hacer todo lo que dábamos por sentado.Todo cambia. Nos empieza a trastornar hasta la mera idea de no poder movilizarnos al trabajo, porque ya eso ha cambiado para muchos también.
Nos han regalado nuevamente, todo ese tiempo que antes, nos quejábamos no tener. Antes; como un momento que pasó, como una era. Se siente así, nostálgica la manera como llevábamos la vida antes; antes de este ahora al que nos estamos adaptando, con humor, con aceptación, a regañadientes o un poco de todo. Son días complejos y lo seguirán siendo.
No escribo esto desde la ansiedad o desde un lugar gris, pero sí desde la honestidad; porque nos hemos dado cuenta de aquello que realmente vale la pena, que de nada vale esta vida, tan ajetreada, tan rápida, tan ambiciosa que la mayoría hemos llevado; sin nadie con quien compartirla. He reflexionado tantas cosas y sólo puedo decir que, a pesar de saberlo, seguimos dando tantas pero tantas cosas por sentado.
Aprendí lo valioso que es compartir un café en la ciudad con alguien, caminar por la calle, el ajetreo del que me quejo constantemente, las noches en algún bar hablando con voz alta por el alcohol en mi cabeza, tomar la ruta más larga del metro porque quiero ir sentada escuchando música un rato y para qué negarlo, debo decir del lujo que es caminar por un parque y luego entrar a un museo.
Vaya que hemos dado esta vida por sentada …