La Navidad suele ser uno de los momentos en los que más pensamientos y reflexiones surgen en cuanto al vínculo familiar, muchas personas agradecen la unión familiar a pesar de las dificultades, y desean prosperidad para los años venideros.

Que la Navidad sea la excusa perfecta para estar agradecidos por todo lo bueno que ha pasado durante el año. Por las gratas experiencias y oportunidades.

Las fiestas que nos esperan nos unirán si nuestro corazón está abierto y receptivo.

La Navidad es un buen motivo para revivir los vínculos y conexiones con quienes nos rodean en este mundo.

Todos los recuerdos son como velas: mantienen su brillo y se potencia durante la Navidad.

Que hermoso es observar que, cuando estamos en Navidad, todos los caminos conducen a casa.

Aún no tengo una respuesta para definir qué es la Navidad. Me recuerda al calor de hogar, a la ternura de los recuerdos, el valor del presente y las ansias del futuro.

¡Ojalá siempre tengamos el espíritu de un niño! Observar con inocencia y curiosidad las cosas que nos rodean y que no dejemos de sorprendernos por los detalles pequeños que ofrece la vida.

Ninguna pena es para siempre, todo pasará y veremos el amanecer. A pesar de que las penumbras intenten ser protagonistas, que estas fechas sean pequeños portales para observar y apreciar aquello que con tanto esfuerzo se ha alcanzado.

Es curioso observar cómo con solo decir “Navidad”, los corazones se llenan de alegría.