Lo que aprendí
Con el tiempo, aprendí la sutil diferencia
que hay entre tomar la mano de alguien
y encadenar el alma. Y aprendí que el amor no significa
apegarse a alguien, y que la compañía no
significa seguridad, y empecé a entender
que los besos no son contratos, ni los regalos promesas.
Empecé a aceptar mis derrotas
con la cabeza en alto, con los ojos bien abiertos,
con la compostura de un adulto,
no con el rostro compungido de un niño.
Y aprendí a construir todos mis caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado
incierto para hacer planes.
Con el tiempo aprendí que incluso
los agradables rayos del sol queman,
si te expones a ellos demasiado.
Por tanto, aprendí a sembrar en mi propio jardín
a abonar mi propia alma en vez de esperar
a que alguien me lleve flores.
Y aprendí que en realidad puedo sobrellevar
todo… que en realidad soy fuerte y que en
realidad
¡VALGO MUCHO¡