Momentos difíciles
Los ciclos de la vida nos hacen pasar por momentos buenos y malos.
Por lo mismo, hay períodos en que parece que todo se viene abajo. Las cosas empiezan a salir mal y se pierde la motivación para seguir adelante. En esos instantes de oscuridad, ni las palabras de los sabios, ni los consejos de los amigos parecen surtir efecto. Es un proceso para vivir, dejando que pase por encima de uno y rogar a Dios que este no termine por aplastarnos y destruirnos.
Pensar que es un túnel del que se va a salir, hace que el túnel sea más largo, sentir que es una noche que llegará a su fin, la convierte en una noche de desvelos. Pensar que otros lo pasan peor, sólo aumenta la sensibilidad al dolor.
¿Que hacer entonces cuando llegan esos tristes momentos?
Al parecer no hay receta, pero una alternativa es la evasión, lo que muchas veces solo hace caer en un pozo más profundo. Otra alternativa es la introspección, para lo cual no siempre estamos preparados. Sin embargo, estos momentos son de gran fuerza para aprender las lecciones de la vida.
Es aquí donde se producen las transformaciones. Nadie puede salir sin heridas, ni nada será igual después, pero de aquí sale la fuerza para seguir adelante. Quizás sea esa la clave para superar esas etapas difíciles, saber que como todo cambia, no se podrá volver nunca a la situación original y quizás no salgamos nunca del túnel.
Entonces hay que ensanchar ese túnel, hasta que sus paredes se confundan nuevamente con el infinito, a modo de resurrección.