Vulnerabilidad, solía asociarla con ser débil. A lo largo de mi vida me han enseñado que ser invulnerable es una virtud preferida por muchos como signo de fortaleza. Después de todo, ¿quién quiere lastimarse o estar expuesto a las cosas impredecibles que suceden en la vida? Te puedo asegurar, muy pocos de nosotros.

Al aceptar la vulnerabilidad, se me abrieron muchas puertas de oportunidad. Por ejemplo, nunca hubiera pensado en ser un escritor de The Startup y poder exponer mis innumerables debilidades y defectos; No habría podido aprender de lo que me desafió; y no habría podido conectarme y crear un lugar de aceptación para tantas personas maravillosamente defectuosas.

Creo que la voluntad de ser vulnerable es quizás una de las elecciones más poderosas que alguien puede hacer. Al hacer esa elección, uno puede finalmente liberarse de esas antiguas máscaras forjadas para sellar la verdadera autenticidad de uno. Y al hacerlo, uno puede cruzar el amanecer  de una vida vivida al máximo.