Siembra acciones positivas en tu vida
Todos los pueblos del mundo se identifican por una similitud en sus hábitos, con lo cual se conforman las costumbres que son la parte central de todas las culturas; así los rituales judíos han hecho permanecer durante siglos una serie de tradiciones que los identifica y los diferencia de otros pueblos y lo mismo podríamos decir de los cristianos, musulmanes, budistas, etcétera… Y así durante generaciones enteras a través de cientos de años hay costumbres que quedan por siempre en el inconsciente colectivo de los pueblos, hábitos que se heredan de padre a hijo desde tiempos inmemoriales, la convicción del hindú de que la vaca es sagrada está grabada en forma inconsciente.
El que una mujer japonesa camine dos pasos atrás del hombre no es cuestionable, pues seguramente muchas de ellas actualmente nos contestarían: “¿Acaso hay otra forma de caminar?» El que el alemán sea tan ordenado nos replicaría: “¿Acaso hay otra forma de colocar las herramientas en un taller?» Son patrones de conducta que se realizan en forma no consciente y se hacen sin cuestionamiento alguno: observe por ejemplo, cuando entramos a un templo y sin que nadie nos lo ordene bajamos el nivel de voz, son hábitos que hemos aprendido durante muchas generaciones e inconscientemente les seguimos dando continuidad.
Aristóteles cuando se refería a los triunfadores señalaba: «La excelencia es el arte que se alcanza a través del entrenamiento y el hábito, nosotros somos lo que hacemos repetidamente, la excelencia entonces no es un acto aislado sino un hábito». La excelencia es una realidad en una empresa cuando sus líderes logran llevar la actitud de excelencia al inconsciente de todos sus miembros. Cuando cada empleado está alerta a las necesidades del cliente, es cortés, servicial, atento; alerta a la acción en la búsqueda permanente de resultados, en fin, cuando en forma inconsciente lo hacen como parte de la cultura corporativa de excelencia, es lo usual, lo normal, la forma de hacer las cosas en esa empresa.
Al igual que la empresa, los seres humanos fácilmente convertimos ciertos errores en hábitos como el llegar tarde a nuestras citas, tener mal humor al despertar, el negativismo, entre otros.
Es necesario hacer un inventario de tales actitudes y sustituirlas por acciones positivas con tal perseverancia que se conviertan en hábitos, en nuestra forma natural de ser: sonreír, ser amable, positivo, etcétera, es el camino para cambiar en la vida y estar en el sendero de los triunfadores.