Un error común es confundir la celulitis con la piel de naranja, ambos padecimientos tienen claras diferencias y un común denominador es que hacen que la piel tenga una textura irregular. La piel de naranja se caracteriza por esa aparición de orificios tipo “cráteres” en la piel, razón por la que se compara con cáscara de la fruta.

Su aparición se concentra en la espalda, pierna, abdomen y glúteos en las mujeres y sí, en los hombres también existe, solamente que es más notorio en la zona de la cintura y el abdomen.

Cambiar tu alimentación.

Comer sano puede ser un reto positivo y todo comienza por pequeños cambios, evitar azúcares, alimentos procesados, comer mucha sal, reducir ingesta de grasas y olvidarse por un rato del alcohol y de todos los alimentos cuya composición sea mayormente de agua, ya que aceleran la aparición de la piel de naranja y la retención de líquidos.

Activarse.

Bastan 30 minutos de el día para poner en marcha al cuerpo. Uno de los ejercicios que más beneficiará es saltar la cuerda por 15 minutos e incluso, si no se quiere levantar de cama, hacer bicicleta al aire recostado en tu colchón, es una gran opción.

Masajes localizados

Mientras comienza “la nueva normalidad”, se pueden dar algunos masajes en casa en las zonas afectadas con la yema de los dedos y los nudillos. Siempre en dirección ascendente, localizar la zona más problemática y ser más enfático en esa parte.

Evitar llevar ropa ajustada.

En estos días en casa, aprovechar que se puede estar en la comodidad del hogar y darle un respiro al cuerpo, evitar telas sintéticas y ajustadas que hacen que tu sistema circulatorio y linfático trabajen de manera adecuada. Optar por prendas cómodas de algodón.

Será importante pensar primero en la salud y después en reducir la piel de naranja para lucir mejor.

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