Millones de personas en el mundo son diagnosticados con la enfermedad celíaca, pero ¿cuáles son los síntomas y eres una de ellas? El diagnóstico puede haber aumentado cuatro veces, pero todavía se están perdiendo algunos diagnósticos.

¿Estás hinchado, te sientes letárgo y tienes más flatulencias de lo normal? Probablemente no. Tal vez comiste demasiado o necesitas reducir los carbohidratos, ¿verdad? Aquí es donde podrías estar equivocado.

¿Alguna vez has pensado en la enfermedad celíaca? Es una condición digestiva común donde el intestino delgado se inflama y no puede absorber nutrientes. Es importante mencionar el factor genético, ya que el total de personas que portan un gen en específico es el 30 por ciento, pero solo el dos por ciento desarrollan esta enfermedad. En México se considera que sólo entre el 0.5 por ciento y el uno por ciento de la población padece esta enfermedad, pero como la mayoría de las enfermedades es importante continuar con los diagnósticos y estas cifras podrían aumentar.

De ellos, la mayoría serán mujeres; la enfermedad celíaca tiene el doble de probabilidades de afectar a las mujeres que a los hombres. ¿Todavía piensas que el dolor de estómago no es motivo de preocupación?

La enfermedad es causada por el sistema inmune que esencialmente se detona por el gluten.

Los síntomas son tan variados que pueden confundirse con otras afecciones: Diarrea severa u ocasional. viento excesivo, estreñimiento, náuseas y/o vómitos, dolor de estómago, calambres e hinchazón, cansancio, pérdida de peso inexplicable, úlceras en la boca, erupción cutanea, problemas de esmalte dental, depresión y aborto espontáneo repetido.

En última instancia, debido a que es el gluten lo que desencadena la enfermedad, no comer gluten es tu única opción. El arroz, las papas, el maíz y las legumbres (guisantes, frijoles y lentejas) son buenas opciones, al igual que la carne, pescado, huevo, queso, leche, la mayoría de los yogures, frutas y verduras.

Si no se diagnostica ni se trata, la enfermedad celíaca puede conducir a deficiencias nutricionales que incluyen anemia, osteoporosis, ataxia por gluten y neuropatía, y, aunque es raro, existe un mayor riesgo de cáncer de intestino delgado y linfoma intestinal.