No te centres solo en el pene. Sí, el primer consejo a la hora de hacer un buen sexo oral es que no concentres todos tus esfuerzos en el propio pene. Las ingles, el perineo o incluso los testículos (aunque con cuidado) son zonas repletas de terminaciones nerviosas donde le encantará que te detengas. Los besos, las caricias o incluso la respiración en estas partes caldeará, y mucho, el ambiente antes de introducir el pene en la boca.
Presiona con los labios y la mano. Después de jugar alrededor de él, introduce el pene en la boca lentamente. En este sentido, ten mucho cuidado con los dientes, asegúrate de que solo estás usando labios y lengua. El contacto, cuando más cercano sea, mejor, así que presiona ligeramente con los labios y la mano el pene para darle más placer.
Juega con la lengua. Porque aquí la lengua, además de la boca, también juega un papel fundamental en el sexo oral. Juega con ella mientras se introduce el pene en la boca. Hazlo dando pequeños golpes en el glande y pasándola alrededor de éste. Ejerce presión con ella y muévela de forma desigual: diferentes ritmos, diferente presión, diferentes sitios… ¡Cuanto más varíes, más divertido!
Adáptate a su forma. Mucha gente se pregunta si debe introducir el pene entero en la boca o centrarse en el glande cuando hace sexo oral. Pues bien, sobre gustos no hay nada escrito, pero por lo general a los hombres les gustan las dos sensaciones. Lo mejor es, además de observarle y escucharle, adaptarte al tipo de pene que tenga. Pueden ser de diferente tamaño y, sobre todo, de diferente forma.