El pene humano carece de espinas debido a la pérdida evolutiva de segmentos de ADN no codificante, según una investigación de la Universidad de Stanford publicada en la revista ‘Nature’.
El estudio explica cómo las eliminaciones en el ADN regulador han moldeado características específicas de los humanos, identificando 510 deleciones únicas que están presentes en primates como chimpancés pero ausentes en el genoma humano.
El equipo dirigido por Gill Bejerano utilizó genómica comparativa para detectar estas deleciones, las cuales se encuentran en regiones no codificantes del ADN cerca de genes relacionados con la señalización hormonal y el funcionamiento neural.
Una de estas deleciones afecta una secuencia reguladora neural cerca de un gen supresor tumoral, lo que ha sido asociado con la expansión de regiones cerebrales específicas en humanos.
Otra deleción elimina una secuencia reguladora cercana al gen receptor andrógeno humano, lo que se vincula con la pérdida evolutiva de características como bigotes sensoriales y espinas queratinizadas del pene.
Aunque las espinas del pene son comunes en otros animales como chimpancés y macacos, su ausencia en humanos sugiere una simplificación morfológica posiblemente relacionada con la conducta monógama observada en ciertos primates.
Este enfoque en las pérdidas evolutivas destaca cómo las adaptaciones genéticas han contribuido a las diferencias anatómicas y comportamentales entre humanos y sus parientes cercanos en la evolución.
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