Hay muchas herramientas aparte de las manos para exhibir al arte de las caricias. Utilizar el cabello, los pies, codos, dientes y uñas, frotar y masajear el cuerpo de la pareja es una excelente idea erótica.
Cuando hablamos de caricias pensamos en las manos, es evidente que las manos son la herramienta ideal para acariciar, pero no la única. No olvides que el resto del cuerpo tiene mucha habilidad para acariciar y producir sensaciones muy diferente. Mira estos ejemplos y ponlos en práctica:
La lengua: No participa únicamente en los besos profundos. La lengua puede lamer todo el cuerpo, acariciarlo, masajearlo, y provocar cosquillas. Cuanto más erógena sea la zona, las sensaciones serán mucho más intensas con la ayuda de la lengua.
Las uñas: Desde las caricias que rascan un poco hasta los auténticos arañazos, las uñas son las armas de las manos. Utilizarlas puede producir una sensación de suavidad y picor, pero a veces también pueden ser un arma un poco peligrosa y diferente. La mayoría de las veces provocan auténticos escalofríos.
El aire: Si quieres transmitir las sensaciones más sutiles, utiliza el aliento como una forma más de dar masaje Puedes soplar con fuerza para refrescarle, o soplar suavemente muy de cerca, como si dejaras simplemente salir el aire. Son una especie de caricias calientes y frías que en ciertos lugares pueden hacer estremecer de placer.
Pies, codos y senos: Todas las partes del cuerpo pueden crear caricias. Frotarse a su espalda con tu pecho, masajear utilizando los codos, pasar el pie a lo largo de las piernas de tu pareja, hay muchas formas de usar estos utensilios eróticos, sólo hace falta que te dejes llevar por tu instinto.
Las palabras: Puedes acompañar tus caricias corporales con palabras, son de hecho el complemento ideal. Las palabras Pueden aumentar las sensaciones de excitación de tu pareja, pero ten cuidado, algunas personas pueden bloquearse por palabras poco adecuadas. Prueba primero con comentarios no muy fuertes pero si picaros, para saber si a tu pareja le gustan mucho o poco, si quiere más, o si prefiere dejar el diálogo hasta ahí.