Hace años la sífilis mataba a cientos de personas por no tener el tratamiento adecuado y aunque el avance de la medicina ha permitido un cuidado adecuado de la enfermedad y la mortalidad ha decaído, los contagios van en aumento.

Durante la pandemia del COVID-19 se vio un alza en los casos de la enfermedad de transmisión sexual, siendo los recién nacidos los principalmente afectados, pero ¿a qué se debe?

Las estadísticas muestran que los casos de sífilis congénita se han disparado en todo Estados Unidos. En 2012 se detectaron 334 casos, mientras que, en 2020, en pleno desarrollo de la pandemia de COVID-19, la cifra fue de 2 mil.

Lo que rodea a la sífilis como cualquier enfermedad infecciosa, es la automedicación, falta de educación sexual, desigualdad económica y ahora el confinamiento.

Jennifer Wagman, profesora asociada de ciencias de la salud comunitaria en la Facultad de Salud Pública Fielding de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), dijo que la creciente cantidad de sífilis congénita es resultado de la omisión de oportunidades para frenar su transmisión. 

Los presupuestos sanitarios se han derivado casi exclusivamente al COVID-19 dejando desatendidas las ITS y la atención sexual en poblaciones de escasos recursos.

Mujeres embarazadas que cuentan con la infección en ocasión no lo saben, ya que dicho test se hace en las primeras semanas de gestación y pueden no tener el dinero para acceder a él.

• ¿Por qué no pasa esto con otras ITS?

De hecho si pasa, una investigación presentada en el 29º Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (AEDV), ha evidenciado que a pesar de la gonorrea y el micoplasma genital, aumentaron tanto en 2020 que se registraron hasta 240 casos en un día.

Lo que pasa con la sífilis primaria es que sus síntomas pueden causar confusión con otros padecimientos y la sociedad busca medicamentos postergando la infección y al presentarse la secundaria el contagio aumenta.

• ¿Cómo cuidarse?

Aunque se parezca disco rayado el uso de condón es esencial

Realizarse estudios con regularidad (mínimo cada año)

Tener parejas sexuales responsables (conocerlas y exigir estudios)

Si se sospecha de cualquier anomalía acudir al médico

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Foto: Istock