Tabú

Háblale sucio en la cama (Parte 2)

18/06/2019 - Hace 5 años en Internacional

Háblale sucio en la cama (Parte 2)

Tabú | 18/06/2019 - Hace 5 años
Háblale sucio en la cama (Parte 2)

Expresar lo que te gusta, ya sea con lenguaje verbal o no verbal, es importante para la satisfacción sexual. Pero si quieres llevar la excitación más allá y darle un giro a tu intimidad, compartir tus fantasías puede hacer el truco. Recuerda que se trata de divertirse y excitarse, así que no te lo tomes como algo solemne. Los sobrenombres que se usan son privados (a algunas parejas les gusta ponerles nombre a sus partes íntimas) y de igual manera puedes tener múltiples personalidades, lo cual quizá ya está ocurriendo en tu cabeza, pero ¿qué pasaría si compartieras con tu hombre tu deseo de ser la mucama de su hotel esta noche? ¿Qué tal si le pides a tu mujer que te seduzca en un bar como si fueras un desconocido? La imaginación no tiene límites, ¿hasta dónde quieres llegar?

Reglas de «no etiqueta» al hablar sucio

Para hablar durante el sexo lo más importante es ser natural e ir de la mano de tu pareja. En cierto sentido es como besar o bailar; si dejas de pensar si lo estás haciendo bien y sigues tus instintos, te saldrá mejor. De todas maneras, aquí van algunos consejos generales para soltar la lengua en la cama.

Todo a su tiempo. Al principio del encuentro sexual, tanto hombres como mujeres buscan excitarse con sus cuerpos, olores y besos. Si llegas diciendo “házmelo duro ahora mismo” y tu esposo no está acostumbrado a escuchar ese tipo de palabras de tu boquita santa, puede desconcertarse. Deja lo más fuerte para el final.

Si no va contigo, no lo digas. Tú y tu novio están bajo las sábanas y te acuerdas de este artículo. Entonces, dejas salir unas palabras obscenas de tu boca que le escuchaste a una actriz porno, pero al hacerlo aprietas los ojos y hablas tan rápido y tan despacio que él no te entiende. Si estás decidida a ser sucia, debes arriesgarte diciendo lo que te pase por la mente. Habla con convicción pero usa tu propio estilo (mirarlo a los ojos puede tener un efecto aún más excitante).

Cuéntale cuánto te gusta. Tanto hombres como mujeres adoramos sabernos deseados. Además muchos nos sentimos inseguros con nuestros cuerpos. “Qué sexy eres”, “me encanta cómo te ves haciendo eso” o “cómo me excita tu ____” siempre funcionan.

Busca sorprender. Si siempre usas las mismas palabras, aunque al inicio pudieran ser muy excitantes, se convertirán en rutina. Piensa en nuevas frases que puedan volverlo loco en la cama, justo lo que quieres. Lee poesía erótica, piensa en lo que quisieras hacerle y cuéntaselo (“esta noche mientras cenamos voy a…”), o dile qué te gustaría que te hiciera (“en cuanto lleguemos a la casa…)”.

Di sí al reforzamiento positivo. Cuando tu pareja esté haciendo algo para darte placer, concéntrate en la sensación. Si realmente te gusta, tu reacción será natural y lo excitarás con tus gemidos, movimientos o palabras. Dile cuánto te gusta lo que te está haciendo y cómo te hace sentir, o simplemente un “sí” o un “sigue”. Vive el momento, concéntrate en la sensación y no en si apagaste la luz del pasillo.

Establece límites. Si una palabra te parece muy fuerte o si tu pareja está siendo demasiado brusca, háblalo. Trata de ser asertiva pero de tener tacto. “Prefiero que me digas _____” o “me está doliendo, hazlo más despacio”. Si no disfrutas algo, no tienes por qué hacerlo.

Aplica encuesta de calidad. Hacer el amor es de dos. Pregúntale a tu compañero si le gusta que hables y cuánto (demasiadas palabras pueden distraer de las otras sensaciones o ser abrumadoras). Después de tener sexo es un buen momento para discutir lo que más disfrutaron y lo que quisieran cambiar.

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