En realidad, el sexo tántrico como tal no existe, sino que existe el Tantra. Y aunque en Occidente se asocia a la práctica sexual, el Tantra es una experiencia holística con origen budista. Esta práctica ayuda a las personas a ser conscientes de lo que les rodea y de lo que ocurre en su propia energía interna.
Se base en la existencialidad y en el “aquí y el ahora”, es decir, en el momento presente. De manera indirecta esta actitud hacia la vida afecta a la sexualidad, pues se adopta una mentalidad no enjuiciadora, en la que la persona conecta con su ser y el de su pareja.
El Tantra nos permite vivir con una mayor libertad y nos ayuda a desarrollar los sentidos y la manera de amar a los demás. Asimismo, gracias a estar en el momento presente, es sinónimo de conexión emocional, es fusión con uno mismo y con nuestro amado.
El Tantra intensifica la experiencia sexual porque pone toda la atención en la práctica sexual. La mente y el cuerpo se fusionan e intensifican las sensaciones y la experiencia.
Justo antes del encuentro sexual, es necesario colocarse frente a la pareja, desnudos, el uno delante del otro. La respiración tántrica se emplea para aquietar el propio y controlar la inspiración y la expiración, de forma que la atención se centre en la entrada y salida de aire por la nariz.
Hay que tener los ojos cerrados y hacerlo durante cinco minutos. Cuando uno ha controlado su respiración, es el momento de conectar con la respiración del otro y fusionar ambas respiraciones. Entonces, nuestra pareja comienza a ser alguien con quien conectamos y disfrutamos de la experiencia como una sola entidad.
Para poder trabajar los chakras, uno debe ponerse boca a abajo y la pareja, entonces, puede realizar un masaje por todo el cuerpo, desde los pies hasta el primer chakra, pasando por los siete principales.
Después, el miembro de la pareja que estaba boca abajo se da la vuelta y el otro realiza un masaje desde la coronilla hacia los pies. Una vez que se ha masajeado todo el cuerpo de uno de los miembros de la pareja, los dos cambian de roles. Una vez los hayan experimentado este masaje, están listos para el encuentro sexual.