Prueba algo súper simple tocando suavemente tu clítoris. No uses lubricante, un poco de pegajosidad será tu amigo aquí. Al principio puede no funcionar tan bien, pero sigue, juega contigo misma de manera intermitente. Después, pon una gota de lubricante en tu clítoris y dale vueltas con tu dedo alrededor. No lo hagas fuerte, aunque quieras, tu orgasmo llegará a manera de olas.