Quien se imaginaría que los cubrebocas se convertirían en el principal contaminante del océano.

Los cubrebocas se han vuelto parte fundamental en la vida de los seres humanos; esto con la nueva normalidad que derivo la pandemia por COVID-19; estos elementos forman parte del día a día de las personas, convirtiéndose en elementos primera necesidad y de consumo básico.

Pero, lo que nadie imaginó es que los cubrebocas de ser los principales protectores de las personas, se convertirían en enemigos del océano; al volverse uno de los contaminantes que más se encuentran desechados en las aguas.

Se estima que 1.6 mil millones de cubrebocas acabaron en el mar, esto incluye mascarillas profesionales y comerciales; lo cual equivale a cerca de 5 mil 500 toneladas de contaminación plástica.

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La mayoría de cubrebocas están hechos de polipropileno, que se divide fácilmente en microplásticos. Aunque los efectos de los microplásticos en la salud humana aún no se han determinado, estos fragmentos son increíblemente comunes en el  suministro de agua.

La pandemia de Covid-19 no sólo está causando problemas económicos, de salud y sociales; sino que para prevenirlo indirectamente provocó un ataque al medio ambiente