La vida de Anny Tuárez, una ecuatoriana de 33 años, dio un giro inesperado hace cuatro días en Portoviejo, a 230 kilómetros de la capital de Ecuador. Mientras realizaba tareas domésticas en casa, se percató de la expulsión de un poco de líquido entre sus piernas y comenzó a experimentar un dolor abdominal que fue intensificándose. Lo que parecía un simple malestar abdominal se convirtió en una sorpresa aún mayor cuando acudió al hospital y le informaron que estaba en trabajo de parto.

La realidad es que Anny nunca sospechó que estaba embarazada y ahora es madre primeriza de un niño sano llamado Anvic Emanuel. En una entrevista telefónica con The Associated Press, Anny no podía contener la risa al recordar el momento en que la doctora le dio la noticia y al escuchar los latidos del bebé. El pequeño Anvic Emanuel nació en el Hospital Verdi Cevallos de Portoviejo después de 10 horas de trabajo de parto. «Mi familia no podía creerlo cuando avisamos, no estábamos preparados para nada», dijo Anny.

Un milagro según los médicos de Ecuador

La llegada del bebé sumió a la familia en una felicidad caótica, comprando pañales, medicamentos y ropa para el recién nacido. Anny reflexiona sobre la situación y asegura que este suceso es un verdadero milagro. Hace un año, estuvo al borde de la muerte en el mismo hospital cuando tuvo complicaciones después de una operación para extraer la vesícula y sufrió un paro cardíaco que la dejó sin signos vitales por cinco minutos. El Dr. Fidel Mendoza, responsable del área de Ginecología del Hospital Verdi Cevallos, afirmó que es la primera vez que atienden a una mujer en trabajo de parto en esas condiciones, sin saber que estaba embarazada.

Para Anny, su bebé Anvic Emanuel es un regalo divino y su nombre refleja la combinación de los nombres de ella y su esposo, así como su fe en Dios. Esta increíble historia de Anny Tuárez es un recordatorio de que los milagros pueden suceder en los momentos más inesperados. La vida nos sorprende y nos regala momentos de felicidad incluso en medio de las circunstancias más difíciles. Anny ahora disfruta de su nueva vida como madre primeriza junto a su pequeño milagro, Anvic Emanuel.

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