Naya Rivera consideraba al lago Piru como su santuario pero el oscuro lugar esconde tragedias perturbadoras en sus aguas, alimentado de un pasado triste que ahora lo hace famoso a nivel mundial.

La gran vía fluvial es un mar de escombros, corrientes de resaca y de remolinos, ocultando peligros ocultos y un pasado manchado con sangre.

El lugar de 4.85 kilómetros cuadrados ha resultado ser muy letal por su composición, fue creado inundando un cañón empinado y arbolado, así se construyó la presa de Santa Felicia en 1955.

Entre 1994 y el año 2000 murieron 7 personas ahí. Cuando una persona desaparece ahí puede tomar semanas o meses encontrar el cuerpo si es que se logra hacerlo.

Son 46 metros de profundidad lo que tiene, además esconden escombros y el fondo del lago está repleto de misteriosos árboles que pueden atrapar a los bañistas.

Además hay acantilados y pendientes sumergidos, rasgaduras temibles y algunas columnas frías de agua que pueden ser fatales, incluso para el más experto nadador, dando paso a las tragedias en el lago Piru como la de Naya Rivera.

Por la composición del agua en esta zona el chaleco salvavidas no es suficiente en el lugar, en 1994 Danilo Carranza de 27 años se ahogó mientras navegaba con el salvavidas debidamente puesto, esto se supo cinco días después cuando se encontró su cuerpo en la orilla sin vida.

En julio de 1997 ocurrió algo similar con Liborio Domínguez, muy similar al caso de Naya Rivera, pues su pequeña hija cayó al lago, él salto y la salvó pagando con su vida.

Mismo caso de Isidro Castillo de 22 años que falleció nadando mientras su novia lo observaba. Pero el caso más misterioso es el de Anthony Mendoza de 30 años que nadaba en una zona «segura» y fangosa cuando se deslizó de una manera muy aterradora y por supuesto, se ahogó.

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