La cafeína es una de las sustancias más consumidas a nivel mundial, los preparados más utilizados son el café y el té, aunque también existe un consumo relevante de yerba mate, refrescos de cola y bebidas energéticas.

El efecto estimulante de la cafeína, debido a sus acciones en el sistema nervioso central, es de poca potencia.

De hecho, ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni los manuales diagnósticos la consideran una droga que derive en trastornos por dependencia.

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Se habla de que si se consume en grandes cantidades se puede intoxicar la persona. De la misma forma, la retirada brusca en consumidores habituales podría provocar un síndrome de abstinencia de poca duración e intensidad.

¿Cuál es la cantidad adecuada?

Entre las recomendaciones se establecen que dosis bajas y moderadas de cafeína pueden ayudarnos a mejorar los niveles de activación, tanto cognitiva como física, sin consecuencias negativas.

Se consideran dosis bajas las inferiores a 200 mg. y moderadas entre 200 y 400 mg. para un adulto sano.

Por tanto, consumir hasta un máximo de 400 mg. al día se ha establecido como “consumo responsable”. Esta cantidad sería la equivalente a cuatro cafés.

No obstante, el contenido de cafeína de un café varía según el método. Por ejemplo, un expreso contiene aproximadamente 80 mg. mientras que el percolado/filtrado puede tener unos 100 mg.

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