La chimpancé Natalia, del Bioparc de Valencia, España, capturó la atención de cuidadores, especialistas y visitantes tras pasar siete meses cargando a su cría fallecida. Este comportamiento, reflejo de su duelo, se viralizó rápidamente en redes sociales, mostrando la profunda conexión emocional entre madres e hijos, incluso en el reino animal.

La imagen de Natalia aferrada a su bebé sin vida conmovió a los internautas, quienes lo interpretaron como una muestra del dolor maternal, especialmente en los primates, que son los parientes más cercanos a los humanos en términos evolutivos.

El hecho de que Natalia mantuviera a su cría en brazos durante tanto tiempo fue considerado un ejemplo admirable del fuerte vínculo que los padres, tanto humanos como animales, pueden tener con sus hijos. El Bioparc de Valencia explicó, mediante un comunicado, que permitieron que Natalia viviera su duelo de manera natural, sin intervenir ni quitarle a su cría. Esta decisión, basada en el respeto a los instintos del animal, provocó una profunda reflexión sobre el duelo en los animales y el modo en que las madres afrontan la pérdida de sus hijos.

Durante siete meses, Natalia no soltó a su cría fallecida, una escena que, aunque dolorosa, fue observada por los visitantes del zoológico. El Bioparc señaló que esta fue una situación difícil de presenciar, pero decidieron no interferir, entendiendo que forzar una separación habría afectado negativamente la relación de confianza entre Natalia y los humanos. El duelo de Natalia fue permitido, con la esperanza de que, eventualmente, ella misma decidiera desprenderse de su hijo.

Finalmente, llegó el día en que Natalia dejó de aferrarse a su cría. Según el Bioparc, en un momento inesperado, Natalia se apartó y dejó el cuerpo de su bebé, permitiendo que los especialistas lo recuperaran. Este desenlace cerró el capítulo de duelo que había mantenido la chimpancé durante meses, permitiendo que el personal del zoológico procediera con los protocolos necesarios.

Esta no fue la primera vez que Natalia enfrentó una tragedia similar. En 2018, ya había perdido otras crías, lo que hizo aún más importante que los especialistas respetaran su proceso de duelo en esta ocasión. Las autoridades del Bioparc recalcaron que haberle arrebatado a su cría antes de que estuviera lista habría quebrado la confianza entre Natalia y los humanos, un vínculo vital para su bienestar y su vida en el zoológico.

El caso de Natalia no solo subraya la complejidad emocional de los animales, especialmente los primates, sino que también ofrece una lección sobre la importancia de respetar los procesos naturales de duelo, no solo en los seres humanos, sino en todas las especies.

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