Pensando que se trataba de la imaginación de su hija, unos padres no le prestaron tanta atención cuando la pequeña de tres años se quejaba de los «monstruos» que había en la pared de su dormitorio.

La pareja creía que la menor estaba experimentando una hiperactividad, ya que durante los días previos le habían mostrado la famosa película de Pixar, «Monsters, Inc.».

Sin embargo, con el paso de los meses y las constantes advertencias de la niña, los adultos terminaron descubriendo que los ruidos que ella sentía provenía de una colmena construida por 65 mil abejas debajo del suelo del ático.

¿Cómo descubrieron la identidad de los «monstruos»?

La protagonista de esta particular historia es Saylor Class. Por las noches, los supuestos «monstruos» en su habitación no la dejaban dormir, así que recurrió a su madre para solicitarle ayuda.

Ashley Massis Class y su marido creyeron que la menor exageraba, asumiendo que se trataba de un temor a la oscuridad que la mayoría de las personas ha experimentado durante su infancia.

Como solución, la familia residente en una granja de Charlotte, en Estados Unidos, tomó una particular medida: «Le dimos una botella de agua y le dijimos que era un spray para monstruos, para que pudiera rociar a cualquiera de ellos por la noche», comentó su madre a la BBC.

Transcurrieron varios meses y los reclamos de la pequeña no cesaban, hasta que la mujer descubrió que había enjambres de abejas que rodeaban los exteriores del hogar, específicamente en las cercanías del ático y de la chimenea.

Tras llamar a una empresa controladora de plagas, los trabajadores diagnosticaron que las abejas presentes pertenecían a una especie protegida en Estados Unidos.

«Surgieron como en una película de terror»

Las quejas de la niña les hizo sentido a sus padres después de la labor que realizó un apicultor. Apuntando su cámara térmica hacia las paredes de la pieza de Saylor, el hombre concluyó que los insectos habían construido una colmena en el entretecho, justo arriba del dormitorio.

Mediante la cámara, el criador de abejas se percató de que se dirigían a un agujero que había en el respiradero del ático, misma zona por la que ingresaban y salían. Aprovechó ese orificio para romper la pared, identificando un panal que pesaba cerca de 45 kilos.

«Simplemente, surgieron como en una película de terror«, comentó Ashley, refiriéndose a que los insectos salieron desde la muralla como si fueran una nube negra.

Las 65 mil abejas fueron retiradas a través de tres extracciones, siendo llevadas en una caja a un santuario estadounidense para su preservación. Por su parte, la familia Massis Class están pagando las consecuencias, pues manifestó que la miel dañó el cableado eléctrico de la casa.