Scorn debutó hace unos cuantos días en Xbox y PC. Se trata de un título independiente que llamó la atención de muchos tras su último tráiler durante el verano. Su estética macabra y repugnante combinaba a la perfección con su fecha de lanzamiento en el mes de octubre, parecía ser el título ideal para la temporada de terror de este año.

Animado y lleno de expectativas, me atreví a darle una probada durante su lanzamiento. A pesar de que el terror no me sienta del todo bien, el diseño artístico pudo más con mi miedo, dejándome como única alternativa encender la consola y jugar. Al final, Scorn me sorprendió y me causó terror, algo que esperaba. Aunque, estas sensaciones llegaron por motivos muy diferentes.

Sobre el diseño artístico no tengo queja, es todo lo que esperaba e incluso más. Recuerda a las escenas de la saga Alien, combinadas con un homenaje similar a lo que nos ofrece Doom desde 2016. Sin embargo, mis buenas palabras se quedan ahí.

Tristemente, debo admitir que Scorn ha sido de esos juegos que me ha dejado con un sabor extraño en la boca. Por una parte, el apartado artístico y la historia son excelentes, la jugabilidad y el movimiento también. Pero, el núcleo de la experiencia carece de sentido.

Para ser un título que dura en promedio 5 horas, me he tirado casi el doble entre combates y resolución de acertijos. Se trata de un puzzle que es demasiado obtuso, es abierto hasta el límite donde no sientes que te diriges a alguna parte.

Eso sí, una vez que se superan los primeros rompecabezas la experiencia fluye. Pero, si eres una persona ocupada o con la paciencia muy justa, no es una experiencia que recomendaría.

El título no es malo, no quiero darle de palos a un experimento arriesgado, especialmente en tiempos donde la originalidad escasea. Lo que sí diré, es que lleves contigo paciencia de sobra, medites y tomes un té antes de adentrarte a Scorn, porque créeme, la paciencia adicional la vas a necesitar.

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