Investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) presentaron los resultados de un extenso estudio sobre la deshabitación de viviendas en México, con énfasis en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Este fenómeno, que afecta aproximadamente al 14% de las viviendas en el país, genera problemas de seguridad, desvalorización de propiedades y pérdida de patrimonio para los habitantes.
El doctor Juan Ángel Demerutis Arenas, responsable técnico del Proyecto de Investigación, y el maestro Luis Fernando Álvarez Villalobos, investigador del Departamento de Proyectos Urbanísticos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), destacaron que el problema de la deshabitación en el AMG es particularmente agudo en municipios como Tlajomulco de Zúñiga, donde se encuentran alrededor de 76 mil viviendas deshabitadas, principalmente en el Valle de Tlajomulco, en zonas como Chulavista, Santa Fe y Valle Dorado. La situación es similar en áreas de la zona norte de Zapopan y en Tonalá.
“La deshabitación es un problema debido a muchos factores, y en comparación con otros países del mundo, México presenta una cifra muy alta de viviendas desocupadas. Esto genera un despilfarro de recursos sociales, pues estos no están siendo aprovechados al máximo, y además tiene implicaciones en la seguridad y el valor de los inmuebles”, explicó Demerutis Arenas. “Las viviendas deshabitadas crean problemas para los vecinos, afectan el tejido social y disminuyen el valor de las propiedades cercanas”.
Según los expertos, el problema de la deshabitación tiene raíces complejas, que incluyen factores como la gentrificación, el costo de la vivienda y el desplazamiento de los barrios. En un inicio, muchos residentes optaron por adquirir viviendas en la periferia de las ciudades, buscando mejores costos, pero con el tiempo estas zonas comenzaron a ser abandonadas debido a la falta de servicios y un transporte público insuficiente, lo que ha llevado a muchos a regresar a las zonas centrales.
“La tendencia de retorno a las zonas centrales está marcada por factores económicos y la falta de un transporte público de calidad que conecte las periferias. Sin embargo, estas zonas centrales también enfrentan desafíos, por lo que es un problema que afecta tanto al centro como a la periferia de las ciudades”, señaló Álvarez Villalobos.
A pesar de la magnitud del problema, los investigadores informaron que no existen políticas públicas efectivas para abordarlo en el AMG. Tlajomulco de Zúñiga, el municipio más afectado, no ha implementado cambios significativos en sus políticas, a pesar de los problemas de seguridad asociados a la deshabitación.
“Esperamos que en el año 2025 podamos presentar un informe detallado que muestre las afectaciones de la deshabitación y sirva como base para tomar acciones. Sin embargo, hasta el momento, no contamos con una política pública que frene este fenómeno social. Es fundamental entender que lo que ocurre en Guadalajara afecta también a sus municipios periféricos, por lo que no podemos enfocarnos en un solo caso, sino en el AMG en su totalidad”, concluyó Álvarez Villalobos.
Los investigadores de la UdeG resaltaron la necesidad de una intervención integral en las políticas urbanas para enfrentar la problemática de la deshabitación, trabajando en colaboración con municipios, el sector privado y la comunidad para revertir la tendencia y fortalecer el tejido social en las zonas afectadas.