Seis integrantes del Ejército Mexicano habrían perdido la vida y dos más resultaron gravemente heridos tras la explosión de un artefacto explosivo improvisado en la zona serrana entre los Estados de Jalisco y Michoacán.

El incidente ocurrió la mañana del martes 27 de mayo, mientras un convoy militar circulaba por un camino de terracería en las inmediaciones de la localidad de El Santuario. Según los primeros reportes, una mina oculta en la vía fue activada durante el paso de las unidades, provocando la muerte inmediata de seis soldados. Otros dos elementos fueron trasladados de emergencia en helicóptero a un hospital en Apatzingán, donde permanecen en estado grave.

Se ha identificado entre las víctimas al segundo subinspector Jovany Rosales y al subagente Jorge Alberto Cruz Velázquez. Hasta el momento, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no ha emitido un pronunciamiento oficial con los nombres de todos los fallecidos ni ha confirmado el lugar exacto del atentado.

El despliegue de las fuerzas armadas en la región habría comenzado el pasado sábado, como parte de un operativo conjunto entre el Ejército, la Guardia Nacional y la Fuerza Especial de Reacción e Intervención (FERI), con el objetivo de desmantelar un presunto centro de adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), según información publicada por el diario El Universal.

No se ha reportado hasta el momento la detención de sospechosos ni se ha confirmado la autoría del ataque. En su conferencia matutina, la Presidenta de México expresó sus condolencias a las familias de los elementos caídos, señalando: “Nuestra solidaridad, todo el cariño y apoyo a los familiares de la Guardia Nacional”. Sin embargo, evitó dar mayores detalles y señaló que corresponderá al Gabinete de Seguridad brindar la información sobre los responsables.