Entre las pertenencias halladas en un sitio de exterminio atribuido al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Teuchitlán, Jalisco, una libreta llamó la atención de los peritos: en sus páginas, un joven dejó escrita una emotiva despedida.

«Mi amor, si algún día ya no regreso, solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo», inicia la carta firmada con las iniciales «J.G.L.». En ella, el autor se describe como alguien de carácter fuerte, pero profundamente enamorado. Más abajo, el nombre de Eduardo Lerma Nito y su fecha de nacimiento: 2 de mayo de 2003, en Cortazar, Guanajuato.

Eduardo fue reportado como desaparecido el 26 de febrero de 2024 en San Juan de los Lagos, Jalisco. La aparición de esta carta en un centro de adiestramiento y fosa clandestina sugiere un desenlace devastador para Eduardo y cientos de personas.

El Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco también encontró una biblia con fotografías de un menor.

El hallazgo tuvo lugar en el rancho Izaguirre, ubicado en la localidad de La Estanzuela, dentro del municipio de Teuchitlán, según informó la Fiscalía General del Estado de Jalisco (FGE). En el sitio, las autoridades localizaron restos óseos calcinados que habían sido ocultados bajo una capa de tierra y una losa de ladrillo, lo que impidió su detección en inspecciones previas.

La Vicefiscalía en Personas Desaparecidas continúa explorando diversas áreas del terreno en busca de más indicios. Además de los restos óseos, en el lugar se encontraron 96 casquillos de diferentes calibres, tres cargadores y un par de aros aprehensores metálicos, elementos que podrían ser importantes para avanzar en las investigaciones.

Cabe mencionar que el año pasado, una llamada anónima condujo al colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco hasta el rancho de casi 10 mil metros cuadrados, utilizado por el CJNG como centro de confinamiento, adiestramiento y exterminio. En esa ocasión, la Guardia Nacional arrestó a 10 personas tras un enfrentamiento, liberó a dos más y encontró el cuerpo de otra persona en el predio.

Esta semana, integrantes del colectivo y elementos de la Guardia Nacional regresaron al rancho y localizaron un galerón con decenas de prendas de vestir, carteras, mochilas, maletas, calzado y artículos personales esparcidos por el piso. Tras algunas horas de búsqueda, ubicaron enterrado el primero de tres hornos, lo que confirma el horror vivido en este sitio.

Las investigaciones continúan y las familias de las víctimas esperan respuestas, mientras las autoridades trabajan para identificar los restos y esclarecer la magnitud de lo ocurrido en este predio de Teuchitlán.