Un reciente estudio liderado por el Centro Internacional para la Investigación en Radioastronomía (ICRAR) ha sacudido la comunidad astronómica con el descubrimiento de un objeto espacial sin precedentes. Por primera vez, se ha detectado la emisión sincronizada de ondas de radio y rayos X proveniente de una fuente transitoria de radio de largo período (LPT), abriendo nuevas interrogantes sobre la naturaleza de fenómenos cósmicos previamente indetectables.

Imagina un faro en la inmensidad del espacio, que enciende un haz de luz tan potente que desafía nuestra comprensión del universo, para luego sumirse en la oscuridad durante extensos períodos. Esta analogía, utilizada por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), describe a la perfección el comportamiento desconcertante de estos objetos transitorios de radio de largo periodo. Estos cuerpos celestes, descubiertos recientemente, emiten pulsos breves pero intensos de ondas de radio a intervalos regulares que pueden extenderse por minutos u horas, manteniendo a los científicos intrigados sobre su origen y composición.

El estudio, que ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature, se centró en un objeto cósmico bautizado como ASKAP J1832–0911, ubicado a unos 15.000 años luz de la Tierra, dentro de nuestra propia Vía Láctea. Lo que hace a este objeto particularmente singular es la detección simultánea de señales de radio, captadas por el radiotelescopio ASKAP en Australia, y pulsos de rayos X, registrados fortuitamente por el Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA que observaba la misma región del cielo.

"Descubrir que ASKAP J1832-0911 emitía rayos X fue como encontrar una aguja en un pajar", comentó Ziteng (Andy) Wang, autor principal del estudio e investigador del ICRAR en la Universidad de Curtin. La coincidencia de las observaciones de ASKAP, con su amplio campo de visión, y la focalizada mirada de Chandra resultó crucial para este hallazgo sin precedentes.

Para Miguel Pérez-Torres, investigador del Instituto Andaluz de Astrofísica, lo más sorprendente es que el comportamiento de ASKAP J1832–0911 no se asemeja a nada conocido en nuestra galaxia. "Es extremadamente brillante, varía mucho en intensidad y no encaja en las categorías tradicionales, como las estrellas de neutrones o las enanas blancas", explica el científico, subrayando el misterio que rodea a este objeto.

Los objetos transitorios de radio de largo periodo (LPT) constituyen una categoría astronómica de reciente identificación. Desde su descubrimiento en 2022, apenas se han detectado una decena de ellos en todo el firmamento. La ausencia de una explicación clara sobre la causa de sus singulares señales y sus prolongados ciclos de "encendido" y "apagado" ha mantenido a los astrónomos perplejos. La detección sincronizada de emisiones en rayos X y ondas de radio podría ser la clave para identificar más casos y, finalmente, desvelar su naturaleza.

La profesora Nanda Rea, coautora del estudio, señala que el descubrimiento de ASKAP J1832–0911 sugiere la existencia de muchos más objetos de este tipo en el universo. Este hallazgo también acota las posibles teorías sobre su naturaleza, ya que cualquier modelo explicativo deberá dar cuenta de la emisión tanto en ondas de radio como en rayos X, proporcionando una valiosa pista en este enigma cósmico.

"El objeto es miles de veces más luminoso de lo que cabría esperar por su rotación, lo que obliga a replantear algunos modelos físicos", afirma Pérez-Torres, quien sugiere que podría tratarse de un magnetar envejecido, una estrella de neutrones con un campo magnético extremadamente intenso, o una enana blanca supermagnetizada. Ambas hipótesis, sin embargo, desafían las teorías astronómicas actuales.

Aunque la distancia precisa al objeto aún no se ha determinado con exactitud, los astrónomos continúan investigando para discernir si ASKAP J1832–0911 está asociado con algún remanente de supernova.