NASA revela un antiguo lago salado en un volcán del Sahara
16/05/2025 - Hace 6 horas en MéxicoNASA revela un antiguo lago salado en un volcán del Sahara

En medio de la vastedad abrasadora del desierto del Sahara, un sorprendente hallazgo ha dejado perplejos a científicos y aficionados a la geografía por igual: una imagen tomada desde la Estación Espacial Internacional (EEI) revela un antiguo lago salado en la cima del volcán extinto Emi Koussi.
Lo que a simple vista podría confundirse con una capa de nieve es, en realidad, una formación salina que marca las huellas de un tiempo en que esta región ahora desértica era fértil y húmeda.
La fotografía, registrada el 29 de diciembre de 2024 durante la Expedición 72 y etiquetada como ISS072-E-423041, fue capturada con una cámara digital Nikon Z9 equipada con un lente de 200 mm. El resultado es una imagen de alta resolución que ofrece un testimonio visual impactante sobre los profundos cambios climáticos que ha experimentado el
Sahara a lo largo de milenios.
Un coloso dormido en la arena
El volcán Emi Koussi, ubicado en el norte de Chad, se alza majestuoso a 3.415 metros sobre el nivel del mar, coronando la vasta llanura desértica como el punto más alto del Sahara. Su colosal cono volcánico, que se extiende unos 70 kilómetros de diámetro, es una reliquia de la intensa actividad geológica que caracterizó la región hace más de un millón de años.
Aunque extinguido desde hace aproximadamente 1,3 millones de años, Emi Koussi aún guarda secretos en su interior. Uno de ellos es una caldera ubicada 745 metros por debajo de su cumbre, donde se encuentra el lecho seco de un lago salado. Este brillo blanco, visible desde el espacio, contrasta dramáticamente con la roca volcánica oscura que lo rodea, revelando una historia de transformaciones drásticas en el paisaje.
El agua que alguna vez fue
La imagen captada no es solo una curiosidad visual, sino también una ventana al pasado climático del Sahara. Según el medio especializado SciTechDaily y el Observatorio de la Tierra de la NASA, numerosos canales de erosión surcan las laderas del volcán. Estas marcas, formadas por la escorrentía de agua a lo largo de miles de años, desafían la imagen moderna del Sahara como un desierto sin vida.
Algunos de estos canales, ahora secos, son tan profundos que proyectan sombras visibles incluso desde el espacio, resaltando su extensión y profundidad. Más allá de la caldera, se extiende una alineación de conos volcánicos menores y respiraderos que llevan hacia otra antigua estructura volcánica, el Tarso Ahon. Entre ambos gigantes se abre una depresión que contiene cañones esculpidos por el paso del agua: uno de 600 metros de profundidad que dirigía el flujo hacia el oeste, y otro de 250 metros que lo guiaba hacia el este.
Una mirada desde el espacio al pasado de la Tierra
Este descubrimiento forma parte de una iniciativa liderada por el Centro Espacial Johnson de la NASA, en colaboración con el Programa de la EEI y su Laboratorio Nacional. El objetivo: documentar el planeta desde el espacio para proporcionar datos relevantes a científicos, investigadores y al público general.