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Preguntas que nunca deberías hacer a la IA

La interacción con plataformas de Inteligencia Artificial (IA) como ChatGPT ofrece experiencias innovadoras y rápidas que pueden entender contextos complejos. Sin embargo, ESET, una empresa de ciberseguridad, advierte sobre los riesgos de hacer ciertas preguntas a estas plataformas.
Aunque la IA puede ser útil, carece de conciencia o sentimientos, y sus respuestas a veces pueden ser inexactas o peligrosas, especialmente cuando se solicitan datos sensibles.
Riesgos al compartir información sensible
Frente a tal escenario, los expertos recomiendan evitar compartir información personal, bancaria o empresarial con IA, ya que estas conversaciones no están encriptadas. Asimismo, ESET resalta el peligro de que la información confidencial pueda ser accedida por ciberdelincuentes.
Además, ESET aconseja no confiar en la IA para obtener asesoramiento médico, legal o financiero. Las respuestas de una IA no sustituyen a los profesionales capacitados y no deben ser la base de decisiones importantes.
¿Qué preguntas no debes hacer al ChatGPT?
1. Preguntas relacionadas con información confidencial o sensible
En el mundo de la ciberseguridad, la regla es clara: nunca debes compartir datos personales, bancarios, contraseñas o cualquier tipo de información sensible en conversaciones con una Inteligencia Artificial. A pesar de parecer una interacción privada, las herramientas de IA desde ESET destacan que no son entornos cifrados o seguros para compartir datos sensibles.
“Al compartir información sensible con la IA, pones esos datos en riesgo. Los ciberdelincuentes ya están comerciando cuentas de ChatGPT robadas en foros de la dark web, lo que es una clara señal del interés que despierta el robo de estas cuentas”.
2. Preguntas sobre datos confidenciales o de propiedad de una empresa
Nunca debes ingresar a la plataforma informes financieros, estrategias empresariales, información sobre clientes o proyectos laborales. “La IA no puede distinguir automáticamente entre datos públicos y privados, lo que supone un riesgo significativo para la seguridad e integridad de la información corporativa”.
3. Preguntas que esperan un asesoramiento médico, legal o financiero definitivo
Aunque la IA pueden ayudarte a aclarar conceptos y proporcionar información general de fuentes fiables, no sustituye a los profesionales calificados. Buscar un diagnóstico médico, conseguir asesoría jurídica o decidir sobre inversiones, basándose las respuestas de la IA, es como diagnosticar una enfermedad a través de Google: un simple dolor de cabeza puede convertirse en algo mucho más grave.
“Debes evitar la confianza ciega en las respuestas automatizadas cuando se trata de la salud, dinero o asuntos jurídicos delicados. Estos ámbitos requieren un análisis minucioso, que tenga en cuenta detalles que solo pueden evaluar profesionales experimentados.
4. Preguntas que requieren opiniones, preferencias o sentimientos humanos
Aunque la IA utiliza un lenguaje natural y amigable, no tiene conciencia, emociones u opiniones reales. Las respuestas que proporciona se basan en algoritmos lingüísticos y patrones de datos, sin ninguna experiencia emocional ni juicio personal.
Esto significa que cuando le preguntas: ¿Qué harías? o ¿Te gusto?, la respuesta que recibirás será una simulación de una interacción humana, pero sin la verdadera intención o sentimiento que hay detrás.
“Cuando interactúas con la IA, tratas con una herramienta programada para generar respuestas basadas en datos. La IA puede parecer empática, pero no tiene la capacidad de sentir ni de formar opiniones propias. Así que, si buscas un consejo genuino o una respuesta emocional, es mejor que hablar con una persona real, que pueda ofrecer empatía y criterio.
5. Preguntas sobre decisiones personales importantes
La Inteligencia Artificial puede ser muy útil para organizar ideas y proporcionar información objetiva, pero no debe ser la única base para tomar decisiones sobre la vida personal, la carrera o el bienestar.
Tomar decisiones cruciales, como cambiar de carrera profesional, cuestiones de salud mental o elecciones familiares, requiere un análisis más profundo, que tenga en cuenta no solo los datos y la lógica, sino también los aspectos emocionales y subjetivos. Es posible que la IA no comprenda el contexto completo de las emociones y circunstancias.
“La interpretación de la IA puede ser útil como punto de partida, pero la decisión final debe tomarse de manera personal, con el apoyo de un mentor/a, terapeuta o consejeros que puedan tener en cuenta los matices de la situación”.
Por último, se recuerda a los usuarios que la IA no puede formar opiniones o sentimientos reales, por lo que no es adecuada para consultas sobre preferencias personales.
En resumen, al interactuar con IA, es esencial ser consciente de los riesgos potenciales y utilizar estas herramientas de manera segura y efectiva.
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