Date el buen gusto de comer deliciosas rosquillas, que tu cuarentena deje de ser aburrida y tu corazón disfrute de una gozadera como postre. Las rosquillas son una receta de esa que todas las abuelas del país han hecho. Llegar a una casa llena de esos aromas es como un viaje en el tiempo así como una sensación de antojo inigualable tal vez acompañada de un buen café, estas rosquillas desatarán pasiones y sonrisas allí donde estén. Prepararlas es mucho más sencillo de lo que parece, solo se necesita un poco de atención a los pequeños detalles y mucho amor por hacerlo.

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Aquí te presentamos una muy sencilla receta para que te pongas a elaborarlas para acariciar tu alma con postres.

Ingredientes:

1 vaso de aceite

1 vaso de azúcar

1 chorrito de coñac

Ralladura de 1 limón

1 cucharada de anís

1 cucharada de canela molida

2 huevos

½ kg de harina

Azúcar glass

Así se elabora:

Prepararemos el aroma de las rosquitas hirviendo con un vaso de agua el anís. Cuando le tengamos listo, los escurrimos y reservamos.

En un bowl mezclamos los ingredientes, la clave de estas rosquillas es un buen amasado y tener las cantidades justas. La harina se incorpora al final poco a poco, hasta que la masa se pueda trabajar y no se pegue en las manos.

Extendemos la masa y vamos creando las rosquillas. Para que queden bien hay dos opciones. Hacer una base rectangular y con un vaso ir cortándola, le hacemos un agujero en el medio. También podemos ir creando churros con las manos y los unimos hasta tener un círculo.

Calentamos aceite y empezamos a freír las rosquillas. Cuando estén listas escurrimos el aceite colocándolas sobre papel absorbente. Las rebozamos con un poco de azúcar y canela.

Listo disfrútalas y recomiéndalas, ¡delicioso!.