El Instituto Nacional Electoral (INE) reveló la detección de actos de obstaculización contra sus funcionarios durante eventos de precandidatos, por lo que advirtió que podrían aplicar sanciones de hasta un millón de pesos.

Agresiones verbales y obstaculización en la labor del INE

David Ramírez Bernal, encargado de despacho de la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, denunció que algunos funcionarios electorales han sido víctimas de agresiones físicas y verbales durante actos de precampaña. Aunque evitó señalar a partidos o precandidatos específicos, destacó la gravedad de la situación.

Por lo que Ramírez Bernal calificó estas acciones como ‘irracionales e irresponsables’ y subrayó que no benefician a los actores políticos. Además, destacó que tales conductas podrían resultar en sanciones, incluyendo amonestaciones públicas y multas económicas de hasta un millón de pesos.

El encargado de despacho también compartió detalles sobre las agresiones verbales sufridas por los funcionarios electorales, que incluyen expresiones contrarias al INE como: ‘ahí vienen estos a fastidiar a nuestro candidato, largo de aquí no los necesitamos, no queremos vigilantes’. Estas actitudes, según Ramírez Bernal, representan una obstaculización injustificada para la realización de verificaciones en los eventos.

Advertencia de sanciones económicas a partidos políticos

Ante la gravedad de la situación, David Ramírez advirtió que los partidos podrían enfrentar sanciones que van desde amonestaciones públicas hasta sanciones económicas de hasta 10 mil Unidad de Medida y Actualización (UMA), equivalente a 1 millón 85 mil pesos.

Por su parte, la consejera Dania Ravel, señaló que, aunque han ocurrido casos aislados, en general, la situación ha sido favorable. Defendió el trabajo de los funcionarios de fiscalización del INE y expresó confianza en que las autoridades sabrán manejar estas situaciones para garantizar la imparcialidad en el proceso electoral.

Ante la advertencia del INE y las denuncias de agresiones, el llamado a la cordura y el respeto a la labor de los funcionarios electorales se posiciona como una necesidad imperante en el actual contexto político. El desafío radica en mantener la integridad del proceso electoral y garantizar la imparcialidad en medio de la efervescencia propia de las precampañas.

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