A casi dos semanas de que se lleven a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el expresidente Donald Trump ha logrado ganar terreno en las encuestas frente a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.

Las proyecciones indican que las elecciones del próximo 5 de noviembre podrían ser las más ajustadas del último siglo en el país. Harris, quien asumió la candidatura demócrata tras la renuncia del presidente Joe Biden en julio, inicialmente despertó un gran entusiasmo que se reflejó en las encuestas.

Sin embargo, Trump ha logrado acortar la brecha en las preferencias electorales y según el último pronóstico del portal FiveThirtyEight, el republicano tiene una ligera ventaja sobre Harris y un 52% de probabilidades de ganar los comicios.

A pesar de que Harris lidera la intención de voto a nivel nacional, Trump resulta más favorecido por el Colegio Electoral, lo que podría inclinar la balanza a su favor en las decisiones clave. Hace tan solo dos semanas, el pronóstico otorgaba a Harris un 58% de posibilidades de vencer a Trump, pero el panorama ha cambiado significativamente en favor del republicano.

La diferencia entre los dos candidatos es de menos de dos puntos porcentuales en los siete estados decisivos: Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. Un pequeño margen de error estadístico podría alterar el resultado final, por lo que cada voto cuenta en este escenario tan reñido.

Ante esta situación, ambos candidatos han intensificado sus campañas y presencia en los estados clave, donde ya ha comenzado el voto anticipado con una alta participación. Además, la retórica y los ataques entre Harris y Trump se han incrementado, con la vicepresidenta buscando revitalizar su campaña con el apoyo de figuras como Barack Obama, Bill Clinton y Michelle Obama.

En eventos recientes, Trump ha acusado a Harris de inventar supuestos trabajos en grandes cadenas de comida rápida, mientras que la candidata demócrata ha aumentado su tono contra el republicano en un esfuerzo por mantenerse en carrera.

En definitiva, las elecciones de 2024 se presentan como las más reñidas en décadas en Estados Unidos, con ambos candidatos luchando por cada voto en un escenario que recuerda a las elecciones de 1876.

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