Tras varios años de ausencia en los escenarios mexicanos, A.B. Quintanilla, reconocido productor y músico de la legendaria familia Quintanilla, decidió volver a conectar con su público en México. Su reaparición en Monterrey previo a una presentación en el American Monster Truck no solo emocionó a sus seguidores, sino que también sirvió de plataforma para revelar los motivos detrás de su prolongado retiro del país.

En una entrevista abierta con medios de comunicación, el exintegrante de Kumbia Kings y hermano de la fallecida cantante Selena compartió los altibajos que marcaron su vida en los últimos años, tanto en lo personal como en lo profesional.

Quintanilla explicó que la transformación del panorama musical afectó profundamente su carrera. El auge de las plataformas digitales provocó la desaparición de los contratos discográficos millonarios, lo que representó un duro golpe para músicos como él, que estaban habituados a un modelo más tradicional de producción y distribución.

“Cuando vinieron todas las plataformas digitales, se deshizo de las disqueras… el mercado se vino abajo para muchos músicos”, comentó.

Pero ese no fue el único obstáculo que enfrentó. A.B. confesó que problemas con el fisco estadounidense le costaron el pasaporte, limitándolo a permanecer en Estados Unidos durante años.

“Si no pagas tus impuestos, te pueden quitar el pasaporte. Me lo quitaron, no tuve oportunidad de viajar fuera del país”, declaró con franqueza.

Pese a estos contratiempos, A.B. aseguró estar trabajando activamente en una nueva producción musical, un proyecto que representa no solo su regreso a los escenarios mexicanos, sino también una nueva etapa creativa en su carrera. Aunque no dio una fecha de lanzamiento, adelantó que incluye colaboraciones importantes, y una de las que más expectativas ha generado es la posible participación de Alicia Villarreal.

Ambos fueron vistos juntos recientemente, lo que desató rumores que el propio A.B. no desmintió.

“Con Alicia las posibilidades están ahí… sí me llega la llamada, sí se puede dar”, mencionó con una sonrisa.

Más allá de la música, Quintanilla compartió una faceta más introspectiva y humana. Reveló que ha trabajado en su bienestar emocional y que ha aprendido a perdonar, aunque no necesariamente a olvidar.

Aunque evitó mencionar nombres directamente, sus palabras parecen estar dirigidas a figuras del pasado con las que tuvo conflictos, como Cruz Martínez, excompañero en Kumbia Kings y exesposo de Alicia Villarreal, así como Yolanda Saldívar, la mujer que asesinó a su hermana Selena en 1995.

“Uno tiene que perdonar. Si uno guarda rencor, es como un cáncer… aprendí a dejarlo ir”, expresó.

No obstante, dejó claro que el perdón no implica borrar lo ocurrido:

“Podemos perdonar a la persona, pero el acto… no. Hay una diferencia”, sentenció.

El regreso de A.B. Quintanilla no solo representa un reencuentro con México, sino también una transformación personal. Atrás parece haber quedado la figura polémica y distante; ahora se presenta como un hombre más reflexivo, más agradecido y dispuesto a continuar su legado musical con otra mirada.

Con sus nuevos planes en marcha, y un mensaje de perdón que conecta con su historia familiar y profesional, A.B. busca reencontrarse no solo con su audiencia, sino consigo mismo.

“Voy a enfocarme hacia adelante. Si me topo con ciertas personas, las saludo, las abrazo y les deseo suerte. Ya es otro día”, concluyó.

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