El final de la segunda temporada de 'The Last of Us' ha dejado a los espectadores sin aliento y con más preguntas que respuestas. El abrupto corte a negro tras el tenso enfrentamiento entre Ellie y Abby, seguido de un inesperado salto atrás en el tiempo a la perspectiva de Abby, ha generado un intenso debate entre los fans. Sin embargo, los creadores de la aclamada serie de HBO, Craig Mazin y Neil Druckmann, se mantienen firmes en su decisión, argumentando que este arriesgado movimiento narrativo es esencial para la profundidad de la historia.

La culminación de la temporada 2 nos sumergió en la angustiosa travesía de Ellie (interpretada magistralmente por Bella Ramsey) a través de un Seattle asolado por la tormenta.

Fuimos testigos de su lucha por la supervivencia, su casi ejecución a manos de los Serafitas y las devastadoras consecuencias de su sed de venganza. El punto álgido llegó en un tenso enfrentamiento en el acuario, donde Ellie, cegada por la ira, termina con la vida de Mel, quien trágicamente estaba embarazada, y su pareja Owen.

El reencuentro con Tommy y Jesse en un cine abandonado ofreció un breve respiro antes de que la pesadilla se intensificara. La emboscada de Abby (Kaitlyn Dever) desencadenó un torrente de emociones: la brutal muerte de Jesse, la amenaza a Tommy y las frías palabras de Abby a Ellie: "Te dejé vivir, y lo desperdiciaste". Acto seguido, la pantalla se fundió a negro tras un disparo, dejando el destino de Ellie colgando de un hilo.

Para Bella Ramsey, la intensidad de esta escena fue palpable. En declaraciones a Variety, describió la filmación como "un momento loco", destacando la complejidad de transitar entre el dolor por la pérdida de su amigo, la sumisión ante la amenaza y el feroz deseo de confrontar a la asesina de Joel.

Pero la verdadera sorpresa llegó con el cambio de perspectiva. Tras el fatídico disparo, la narrativa nos transportó tres días atrás, adentrándonos en la historia de Abby desde su propia perspectiva en la sede del Frente de Liberación de Washington (WLF).

Conscientes del impacto de este giro, Mazin y Druckmann defendieron su elección de replicar la estructura del videojuego The Last of Us Part II. "Consideramos intercalar las historias de Abby y Ellie o alternar episodios", explicó Mazin en una conferencia de prensa, "Pero al final, decidimos ceñirnos a la estructura del juego, lo cual representaba un riesgo considerable para una serie exitosa que ya había perdido a una de sus estrellas en el episodio 2".

Druckmann añadió que este cambio busca lograr un "ejercicio de empatía radical", humanizando a un personaje que inicialmente se presenta como el antagonista principal tras la impactante muerte de Joel en la primera temporada. Los creadores creen firmemente que este riesgo narrativo es fundamental para capturar la esencia de la historia, desafiando a la audiencia a cuestionar sus propias lealtades y prejuicios.