Un grupo de jóvenes fanáticos de los superhéroes vivieron un momento de tensión en el conocido centro comercial «La Cúspide», ubicado en Naucalpan. Los jóvenes, entusiasmados por disfrutar de la reciente película «Deadpool & Wolverine», fueron sorprendidos al serles negado el acceso al cine por ir disfrazados como los personajes de la película. A pesar de haber comprado sus boletos con anticipación para disfrutar de la función esperada, dos guardias de seguridad del centro comercial les prohibieron la entrada alegando que estaban alterando el orden. El conflicto no pasó desapercibido, ya que un video de la discusión entre los jóvenes y los guardias se viralizó en redes sociales, generando un debate en torno a la situación.

Al llegar al centro comercial, los jóvenes disfrazados de Deadpool se convirtieron en el centro de atención de los visitantes que querían tomarse fotografías con ellos, buscando capturar un momento divertido. Sin embargo, esta actividad llamó la atención de la seguridad privada del lugar, quienes consideraron que los disfraces estaban alterando el orden del establecimiento. Dos guardias de seguridad se acercaron al grupo de fans de Deadpool y les informaron que no podían ingresar al centro comercial luciendo sus coloridos y llamativos disfraces. Los argumentaron que simplemente estaban allí para disfrutar de la película y no tenían intenciones de causar problemas. Ante la negativa de permitirles el acceso, los guardias amenazaron con llamar a la policía y remitir a los jóvenes al Ministerio Público.

Tensión y amenazas de intervención policial

A pesar de la tensión generada, los jóvenes se mantuvieron firmes en su postura de querer disfrutar de la película y defendieron su derecho a asistir al cine con los disfraces puestos. Mientras tanto, otros visitantes disfrazados que se encontraban en la misma situación decidieron esperar a que se resolviera el conflicto. Finalmente, tras la intervención de la policía y un intercambio de argumentos, los oficiales determinaron que los jóvenes no estaban cometiendo ningún delito y que tenían derecho a ingresar al cine. Después de un breve momento de tensión, los guardias de seguridad finalmente permitieron el acceso al grupo de jóvenes disfrazados, quienes pudieron disfrutar de la película como habían planeado inicialmente.

Este incidente ha generado un debate en redes sociales sobre la libertad de expresión y la discriminación hacia los fanáticos que deciden mostrar su entusiasmo por sus películas y personajes favoritos. La polémica continúa, pero lo que queda claro es que estos jóvenes no se dejarán intimidar y seguirán disfrutando de sus pasiones, sin importar las adversidades que se presenten en el camino.

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