Fernanda Castillo, reconocida actriz mexicana que se ganó el cariño del público por su icónico papel como Mónica Robles en El Señor de los Cielos, vuelve a ser tendencia. Pero esta vez no por un nuevo estreno ni por su trabajo actoral, sino por su imagen física. Un reciente video donde luce visiblemente diferente desató una ola de comentarios en redes sociales, muchos de ellos cargados de especulación y preocupación.

Según algunos usuarios, Castillo —quien también participó en telenovelas como Teresa y Enemigo Íntimo— se veía “irreconocible” y “demasiado delgada”, lo que generó sospechas sobre un posible trastorno alimenticio. Aunque el clip no ofrecía contexto sobre su estado actual ni sobre proyectos en puerta, los comentarios no se hicieron esperar, al punto que la publicación original terminó desactivando la opción para opinar.

Lejos de guardar silencio, la actriz de 43 años utilizó sus historias de Instagram para lanzar una fuerte crítica a la manera en que la sociedad actual prioriza la estética sobre asuntos mucho más urgentes.

“Este mundo en el que la gente está más ‘preocupada’ por el cuerpo de los demás que de las injusticias y atrocidades que les pasan a millones de inocentes. Qué vergüenza”, escribió contundente.

El mensaje fue breve pero claro, y aunque no se refirió directamente a su peso o estado de salud, marcó su postura ante la avalancha de opiniones sobre su figura. Hasta ahora, ha sido su única reacción ante la controversia, aunque días antes ya había compartido una pista sobre su trabajo actual, al escribir en otra historia: “Cara y cuerpo de ya casi estreno”, dejando entrever que su transformación podría estar ligada a un nuevo personaje.

Cambios físicos por motivos profesionales: no es la primera vez

Esta no es la primera ocasión en la que Fernanda Castillo transforma su cuerpo por motivos actorales. En 2019, asumió uno de los retos más complejos de su carrera al interpretar a una mujer con sobrepeso en la película Dulce Familia. Para este papel, aumentó 12 kilos en solo dos semanas, todo bajo supervisión médica y con una disciplina férrea.

En entrevistas posteriores, la actriz compartió cómo el proceso no solo implicó un cambio físico, sino también una fuerte carga emocional. El alejamiento de sus hábitos alimenticios habituales, como eliminar por completo alimentos como la pizza y la cerveza, le permitió entender de manera más profunda el impacto psicológico que puede tener la modificación del cuerpo.

“No se trataba solo de subir de peso, sino de enfrentarme a una parte emocional que me confrontaba como mujer y como persona en una industria que constantemente nos exige una imagen perfecta”, declaró en su momento.

Este antecedente refuerza la idea de que los cambios físicos de Castillo pueden estar estrechamente ligados a sus compromisos profesionales, más que a problemas de salud o presión estética.

Una carrera sólida y versátil

Fernanda Castillo nació el 24 de marzo de 1982 en Hermosillo, Sonora, y ha forjado una carrera sólida en la actuación tanto en televisión como en cine. Su proyección internacional llegó gracias a El Señor de los Cielos, pero desde entonces ha demostrado una versatilidad notable en distintos géneros.

En la pantalla chica ha participado en producciones como Teresa, Enemigo Íntimo y Monarca, mientras que en el cine ha protagonizado éxitos como Una Mujer Sin Filtro y Dulce Familia. Además de su talento, su cercanía con el público ha sido clave para mantenerse vigente en el competitivo mundo del espectáculo.

Amiga cercana de figuras como Angelique Boyer y Sebastián Rulli, Castillo también se ha ganado el respeto de sus colegas, quienes han destacado su profesionalismo y entrega total a cada proyecto.

Más allá de la imagen: una llamada a la reflexión

Lo sucedido con Fernanda Castillo vuelve a abrir el debate sobre el cuerpo en el ojo público y la presión que enfrentan especialmente las mujeres en la industria del entretenimiento. ¿Hasta qué punto es válido opinar sobre la apariencia de otra persona, especialmente sin conocer el contexto detrás? ¿Por qué los cambios físicos provocan más conversación que las causas sociales, los logros profesionales o incluso los estrenos creativos?