El libro «Las señoras del narco» de la periodista Anabel Hernández arroja luz sobre el oscuro mundo de las mujeres que mantuvieron relaciones sentimentales con líderes del crimen organizado en México.

La obra reflexiona sobre la responsabilidad social que cargan estas mujeres, conocidas como «bellezas de aparador», cuando eligen involucrarse con los jefes del narco.

El libro destaca la importancia que tuvieron estas mujeres en la vida de los capos, actuando como un «motor» que los incentivaba a continuar con sus actividades criminales.

Uno de los casos más destacados es el de Arturo Beltrán Leyva, quien era adicto a la compañía femenina y mantenía relaciones con numerosas mujeres.

La autora revela que estas mujeres recibían supuestos sueldos millonarios por ser las novias de los narcotraficantes, pero estos ingresos estaban vinculados a actividades ilegales como asesinatos, secuestros, lavado de dinero y venta de drogas.

Además, se describe cómo estas relaciones podían cambiar de forma abrupta y ser reemplazadas por nuevas mujeres.

Las señoras del narco

Entre las figuras públicas mencionadas en el libro se encuentran Galilea Montijo, Lili Brillanti, Ninel Conde, Violeta Vizcarra, Karla Panini y Luna, Patricia Navidad, Mariana Ríos, entre otras. Cada una de ellas tiene su propia historia de relación con los líderes del narco y su participación en el mundo del crimen organizado.

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