En un gesto que ha resonado en el mundo del espectáculo, Olivia Collins ha decidido dar un paso al costado y abandonar la obra teatral Busco al hombre de mi vida, marido ya tuve, luego de que el productor Antonio Escobar sumara al elenco a Imelda Tuñón, exnuera de Maribel Guardia y figura central en una controversia legal que involucra a la actriz costarricense.

La decisión fue confirmada por Collins durante una entrevista con Elisa Beristain para su canal de YouTube, donde no se guardó nada y dejó claro que su postura nace de la lealtad y amistad profunda que mantiene con Maribel Guardia.

“Por dignidad, respeto y lealtad”

Olivia explicó que el detonante de su renuncia fue enterarse por redes sociales —y no de manera directa por parte del productor— que Imelda Tuñón se integraría a la puesta en escena como invitada especial. Esto, para Collins, fue más que una simple omisión: lo calificó como “una total falta de respeto”.

“El productor puede hacer lo que quiera con su obra, puede contratar a quien quiera, es su derecho, pero yo también puedo elegir dónde trabajar. Por dignidad y respeto hacia mí misma, decidí no continuar”, declaró tajante.

La actriz también criticó el hecho de que se intentara posicionar a Tuñón como una estrella del espectáculo, una figura que, en su opinión, aún está muy lejos de merecer ese título.

Guerra de declaraciones y heridas abiertas

Imelda Tuñón ha sido una figura polémica desde el fallecimiento de Julián Figueroa, hijo de Maribel Guardia. La disputa legal por la custodia del hijo de Julián, así como temas relacionados con su testamento y herencia, han sido el foco de una tormenta mediática que ahora también salpica al mundo teatral.

Collins no se contuvo al hablar de Tuñón y fue contundente:

“Es una niña tonta que ya tiene treinta y tantos años y no aprende. No me interesa esa persona, es nefasta y no tiene cerebro.”

Además, insinuó que la decisión del productor de incluirla en la obra pudo haber sido impulsada por el afán de aprovecharse del escándalo mediático, lo que describió como un evidente acto de “oportunismo”.