Una vez más, Los Alegres del Barranco están en el ojo del huracán. La agrupación de música regional mexicana, conocida por su estilo directo y controversial, provocó un estallido mediático durante su reciente concierto en Cihuatlán, Jalisco, donde recurrieron a una táctica polémica: tocar un corrido prohibido sin cantarlo… pero dejando que el público lo hiciera por ellos.

El evento se llevó a cabo el pasado sábado 3 de mayo en el recinto del Patronato Plaza de Toros, donde decenas de asistentes disfrutaban del espectáculo cuando se desató el momento más comentado de la noche. En un giro audaz, Los Alegres del Barranco colocaron en pantallas gigantes la letra del corrido “El del Palenque”, mientras ellos únicamente interpretaban la melodía en vivo.

La canción, que hace referencia directa a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ha sido vetada en diversos estados por su contenido considerado como apología del delito. Aun así, el público no tardó en reconocer la melodía y entonar cada estrofa con entusiasmo.

Sin necesidad de un micrófono por parte de los vocalistas, la multitud se convirtió en un gigantesco coro que desafió, en tono colectivo, las regulaciones impuestas.

Este tipo de canciones, clasificadas como narcocorridos, han sido objeto de debate desde hace años. Estados como Chihuahua, Nayarit y Jalisco han implementado restricciones para evitar que se interpreten en espectáculos públicos debido a su contenido relacionado con violencia, crimen organizado y misoginia.

A pesar de ello, grupos como Los Alegres del Barranco han comenzado a emplear estrategias que les permiten seguir tocando estas canciones sin romper las reglas al pie de la letra. Es decir, la banda no canta, no muestra imágenes, pero sí toca la música y proyecta la letra, trasladando la responsabilidad del contenido al público.

Este fenómeno ha sido replicado por otros artistas del regional mexicano, quienes encuentran en el “karaoke colectivo” una forma de evitar sanciones mientras mantienen contentos a sus seguidores.

A pesar de la controversia, Los Alegres del Barranco continúan cosechando éxito dentro del género. Su capacidad de adaptarse a las restricciones sin dejar de complacer a su público demuestra la complejidad del fenómeno que rodea a los corridos modernos.

Lo que antes era una interpretación directa, ahora se transforma en una especie de “código entre fans”, donde basta una melodía y una pantalla para provocar una ovación colectiva.

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