Cada 6 de diciembre, la devoción se centra en San Nicolás de Bari, un destacado obispo del siglo IV conocido por su generosidad y caridad. Nacido en Licia, Turquía, se ganó el corazón de muchos por su altruismo y su compromiso hacia los más vulnerables, especialmente los niños. La figura de San Nicolás se asocia estrechamente con los niños, a quienes protegió y ayudó en momentos de necesidad. Su historia se cuenta a través de diferentes relatos, entre los que destaca el milagro de la resurrección de tres niños, lo que le valió el título de Patrón de los Niños.

El 6 de diciembre se convierte en una fecha de reflexión y súplica en la que los creyentes se dirigen a San Nicolás para pedir su intercesión. La oración que se suele rezar en este día busca la protección y el bienestar de los niños en todo el mundo:

'Oh, Santo Patrono, vengo a ti a suplicarte especialmente, por lo que, este favor te pido. Te pido especialmente por los niños del mundo, sobre cualquier cosa, en estos momentos tan difíciles…'. En esta plegaria, los fieles imploran amor, alimento y salud para los pequeños, solicitando también la guía y protección de sus ángeles guardianes.

La imagen de San Nicolás no solo se restringe a los niños, sino que también se extiende a los marineros y viajeros, quienes consideran al Santo su protector en los peligros del mar. Así, la oración al Santo Patrono se convierte en un ruego que también busca la seguridad de aquellos que navegan y se desplazan por el mundo. Durante este día, muchas personas unen sus voces en una misma súplica, creando un sentido de comunidad y esperanza.

Además, el 6 de diciembre es una ocasión para recordar la importancia de la infancia y la necesidad de cuidar a los más pequeños, quienes representan el futuro de la sociedad. A lo largo de los años, la figura de San Nicolás ha evolucionado, pero su esencia de proteger a los más débiles sigue vigente y es celebrada con fervor en numerosas culturas alrededor del mundo.

La celebración de San Nicolás de Bari, más allá de ser una tradición religiosa, es un llamado a la acción y a la solidaridad en favor de los niños, en un mundo que muchas veces se enfrenta a desafíos severos. Brindar amor y protección a las nuevas generaciones es un deber que trasciende las creencias y que se convierte en responsabilidad colectiva.