Durante el mes de junio, al menos 25 migrantes han perdido la vida en la frontera entre México y Estados Unidos, en una serie de trágicos sucesos que incluyen ahogamientos en canales y fallecimientos en el desierto. Estas muertes han sido denunciadas por activistas y representantes de organizaciones civiles en Ciudad Juárez, quienes señalan el aumento de operativos en México y las restricciones en Estados Unidos como factores que han contribuido a estas tragedias.

Según los reportes, solo en el desierto de El Paso, Texas, se han encontrado cuatro cadáveres y uno más ahogado en un canal de la misma ciudad el pasado miércoles 26 de junio. Además, autoridades de ambos países colaboraron recientemente para recuperar el cuerpo de un hombre que falleció al caer desde el muro fronterizo hacia el lado estadounidense al oeste de Ciudad Juárez.

Otro caso fue el hallazgo del cadáver de un migrante muerto por el calor en el desierto mexicano, realizado por la Agencia Estatal de Investigación de Chihuahua la semana pasada. El resto de los cuerpos han sido rescatados desde el 31 de mayo en el desierto de Nuevo México, donde las temperaturas sobrepasan los 40 grados en este mes, según informó la Patrulla Fronteriza de El Paso.

Tras la orden ejecutiva firmada por Biden para restringir el asilo y agilizar las deportaciones, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) reveló que los arrestos de migrantes disminuyeron más del 40 por ciento desde que se implementaron estas medidas; sin embargo, durante este mismo período, se ha registrado un aumento en las muertes de migrantes que intentan cruzar la frontera.

López Obrador destacó que la cooperación entre su gobierno y Estados Unidos ha logrado reducir en un 72 % los arrestos de migrantes en la frontera común. A pesar de estos esfuerzos, las cifras de fallecidos en la región continúan siendo alarmantes.

El pastor Gónzalez, quien trabaja con migrantes en la frontera, señaló que la creciente vigilancia en la zona ha llevado a que los migrantes busquen rutas más peligrosas y vulnerables. Ante esta situación, el religioso expresó su preocupación por la seguridad y bienestar de estas personas.

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) califica la frontera entre México y Estados Unidos como la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo, con un alto número de muertes y desapariciones de migrantes. Rosa Mani Arias, representante de la organización humanista Avara, lamentó la falta de acción por parte de las autoridades para abordar esta crisis humanitaria.

Arias destacó la importancia de concienciar a los migrantes sobre los peligros del desierto y las rutas ilegales, para prevenir más tragedias en la región. Subrayó la necesidad de respetar la vida y los sueños de aquellos que buscan una vida mejor, y urgió a las autoridades a tomar medidas para garantizar la seguridad de los migrantes en tránsito.

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